Joseph Cáceres

Por Felix Montilla

Aunque se ha hablado mucho  sobre  Frederick Martínez ‘’ El Pachá ‘’estimo apropiado este momento para externar mi opinión sobre el tema.

Esto a propósito de su ultima entrevista con la comunicadora Luz García, la cual como siempre ha dado mucho de qué hablar. 

He sido un seguidor de su carrera en los Estados Unidos desde el  momento en que comenzó a dar sus primeros pasos. Fui de los primeros comunicadores en resaltar su trabajo ante los medios y siento por él una gran admiración y sobre todo un gran respeto. 

En una ocasión se había rumorado que la cadena Univisión lo había cuestionado sobre su irrespeto de haberse bajado los pantalones  ante las cámaras en los premios Casandra y hasta lo habían amenazado con sacarlo de la cadena.

Los miles de comentarios que leí en las redes sociales sobre su posible salida de la famosa televisora me preocuparon.  El  99% de los que opinaron apoyaban su cancelación. Los insultos que le profesaban eran sorprendentes, a tal punto que fui personalmente y converse con él sobre el tema.

Le dije que tuviera cuidado y que tratara de medir sus pasos, que no era saludable que tanta gente opinara tan mal de su persona. Pero, evidentemente no lo hizo. 

En lo personal considero al Pachá sino el mejor, uno de los principales animadores de nuestro país y de fuera. Su presencia en los medios lo demuestra. Sin embargo me preocupa  su futuro. Sobretodo en la cadena Univisión que es lo que le ha dado mayor proyección. 

Sus constantes conflictos en los medios, sus  quejas por premios no recibidos y su alarde de que es el mejor animador entre otros excesos sencillamente tienen a la gente y posiblemente a los mismos ejecutivos de ese canal  hartos.

Creo firmemente que si él no modera su forma de ser y da un cambio radical a su figura haciendo un trabajo con más altura y menos conflictos su futuro especialmente en Univisión es incierto. 

Aunque él tiene el talento y la capacidad no creo que sea  sucesor de Don francisco ni de nadie. Para usted ser el mejor sencillamente no tiene que decirlo, basta con demostrarlo y cuando caiga en desgracia, como anticipo, de no cambiar su actitud, estoy seguro de que pocos lo van a apoyar.