Es increíble, pero mientras muchos cronistas de arte tratan de "dorar la píldora" con el Premio Soberano, la gente en la calle está haciendo trizas con él, sin contar lo que dicen a través de las redes sociales.
Los cronistas, como se trata del premio de los cronistas, lo han visto "todo bien".
El problema es que la gente ha desarrollado un sentido y un ojo crítico que ya no importa lo que algunos cronistas digan. No les están haciendo caso. Y como paradoja, están asumiendo el papel que le corresponde a ellos, llamando a los programas, y escribiendo en las redes sociales, todo lo que piensan de lo que han visto, sin ninguna atadura ni compromiso.
Lo curioso es comprobar la agudeza, el criterio, el conocimiento de causa, que está empleando la gente del pueblo para analizar el caso. Da gusto oírlos y leerlos en las redes.
Están dando cátedras en un virtual intercambio de papeles.
Con lo que se escucha en la radio y se lee en la web, deberían algunos cronistas de arte dedicarse a otra cosa.
Las crónicas del pueblo están resultando mejores...
Que no se ofendan, porque es la verdad...
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NIURKA BAEZ,
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