Pasear de noche por Hong Kong te hace descubrir ambientes que quizá por la
mañana se encuentran latentes. Eso me pasó con el distrito de Wan Chai, el
también llamado barrio rojo de Hong Kong, en alusión al barrio de similares
características de Amsterdam. Yo ya había paseado por la zona de día, y no me
había fijado demasiado en la gran cantidad de bares de alterne que florecen uno
junto a otro. El barrio de Wan Chai está muy enfocado al público extranjero,
aunque la imagen que puedan tener de los extranjeros me empieza a preocupar. La
calle se basa en una cadena continua de bar de fútbol, prostíbulo, taberna
irlandesa, prostíbulo, pub, prostíbulo... Deben creer que todos somos
como los turistas ingleses que invaden las zonas en busca
exclusivamente de sexo y alcohol (bueno, por lo visto también fútbol).
En Hong Kong la prostitución es legal, pero lo que no lo es, es casi todo
lo que ella suele implicar. La mayoría de las prostitutas suelen ser muy
jóvenes (demasiado en algunos casos) tailandesas que llegan a ganar dinero
extra por su propio pie, o también muchas engañadas por las redes de la trata
de blancas. Sin embargo, lo que están prohibidos en sí son los prostíbulos
(disfrutando de sus contradicciones) y es por ello que todos ellos estén
camuflados de bar de gogos.
También abundan los llamados "Prostibulos de una sola
mujer" en los que literalmente una mujer únicamente recibe en su
propia casa a los clientes tras haberse anunciado en alguna revista o poniendo
algún cartel (viva la discreción).
(El Laberinto del Chinatauro)
La excusa de este articulo es para que una vez mas Joseph Caceres nos eche vainas de que fue a Hong Kong, que barbaro eres Joseph:)
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