domingo, 5 de mayo de 2013



Pasear de noche por Hong Kong te hace descubrir ambientes que quizá por la mañana se encuentran latentes. Eso me pasó con el distrito de Wan Chai, el también llamado barrio rojo de Hong Kong, en alusión al barrio de similares características de Amsterdam. Yo ya había paseado por la zona de día, y no me había fijado demasiado en la gran cantidad de bares de alterne que florecen uno junto a otro. El barrio de Wan Chai está muy enfocado al público extranjero, aunque la imagen que puedan tener de los extranjeros me empieza a preocupar. La calle se basa en una cadena continua de bar de fútbol, prostíbulo, taberna irlandesa, prostíbulo, pub, prostíbulo...  Deben creer que todos somos como los turistas ingleses que invaden las zonas en busca exclusivamente de sexo y alcohol (bueno, por lo visto también fútbol). 
En Hong Kong la prostitución es legal, pero lo que no lo es, es casi todo lo que ella suele implicar. La mayoría de las prostitutas suelen ser muy jóvenes (demasiado en algunos casos) tailandesas que llegan a ganar dinero extra por su propio pie, o también muchas engañadas por las redes de la trata de blancas. Sin embargo, lo que están prohibidos en sí son los prostíbulos (disfrutando de sus contradicciones) y es por ello que todos ellos estén camuflados de bar de gogos. 
También abundan los llamados "Prostibulos de una sola mujer" en los que literalmente una mujer únicamente recibe en su propia casa a los clientes tras haberse anunciado en alguna revista o poniendo algún cartel (viva la discreción).
(El Laberinto del Chinatauro)

1 comentario:

  1. La excusa de este articulo es para que una vez mas Joseph Caceres nos eche vainas de que fue a Hong Kong, que barbaro eres Joseph:)

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