Por: Diego A. Sosa
www. diegososa.info Twitter: @diegososasosa FB: dasosa
Muchas
veces nos encontramos frente a una tarea y nos damos cuenta de que no
podremos hacerla sin antes aprender o conseguir algunas cosas esenciales
para la ejecución. Pensamos: “Es una tarea difícil”. En cambio, si
tenemos todo a mano y los conocimientos suficientes, la tarea la
consideramos “fácil”.
Por
lo que vemos, decir que algo es difícil es declarar nuestra parcial
incapacidad para realizarlo con las herramientas y conocimientos que
tenemos a mano.
Joseph,
arreglar un lavamanos con problemas de goteo es para mí algo que puede
ser muy complicado, quizá lo intente, pero posiblemente al final tenga
que llamar a un plomero, no sin antes haber inundado el baño o haber
dejado la casa sin agua. Para mí es “difícil”, pero para el profesional
de las cañerías será “muy fácil”.
No
quiero que confundamos la complejidad de una tarea con la incapacidad
de una persona para realizarla. Una tarea larga o delicada no es
difícil, es extensa y compleja.
Pensar
que algo es difícil es sentirse incapacitado para realizarlo. Podemos
llegar al punto de decir: “Eso no se puede”. Y entonces comienzan los
verdaderos problemas. Convencernos de que se puede es más complicado que
realmente realizar la tarea.
No
digo que todo se pueda, pero la verdadera frase que escucho cuando
alguien dice “no se puede”, es “yo no puedo”. De la misma forma cuando
escucho “es difícil”, entiendo “no me siento capacitado para
realizarlo”.
Por
un lado quiero que entendamos lo que decimos de nuestra capacidad
cuando nos expresamos de esta manera. Le motivo a que no se declare
impotente ante un cliente o ante sus superiores. Por el otro lado quiero
que nos escuchemos a nosotros cuando nos negamos una capacidad o
posibilidad de aprender o crear experiencias.
No
le digo que tenemos que saberlo todo, yo intenté saber lo básico de
plomería, pero me declaré incapaz después de varios intentos. Eso me
ayuda a resolver los problemas de la manera más efectiva: llamando a
quien sabe hacerlo. No le niego que en ocasiones llamo a alguien y me
dice, “eso es difícil”, entonces sé que debo llamar a otro que sí sepa
hacerlo. Ya sé, algunos lo dicen para cobrarme más, pero sus gestos lo
delatan... recuerde, para hablar mentiras hay que saber mentir con todo
el cuerpo... principalmente con las mímicas.
Cuando
pienso que algo es difícil tomo actitudes diferentes a cuando sé hacer
las cosas. Pienso qué necesito y busco la forma de aprender. ¿Será
difícil la próxima vez que se me presente? Seguro que no. Entonces la
tarea no es difícil para mí. Lo que quiero dejar dicho es que cada tarea
difícil nos da la oportunidad de aprender. Debemos pasar del estado de
“no saber” a “sí saber” y no al estado de “no se puede”.
FRASE DE LA SEMANA
“Si es fácil lo hago; si es difícil aprendo a hacerlo.”
© Ing. Diego A. Sosa. Escritor, Conferencista, Consultor y Coach de Empresas y Profesionales. Mercurio Entrenamiento y Consultorías
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