Por Juan Colón
Saxofonista dominicano que había tocado con algunas agrupaciones de su época, sin muchas oportunidades por la escasez de grupos para entonces.
Su nombre empieza a tomar auge cuando es elegido para formar parte de la agrupación “Los Magos del Ritmo”, en el año 1964, dirigida por Félix del Rosario.
A partir de entonces, “El Manso” pasa a ser un músico de vital importancia en la agrupación, sobre todo por su versatilidad tanto en el saxo alto como el saxo barítono, que es donde adquiere real notoriedad.
Su forma melosa de tocar el barítono, y al mismo tiempo también agresiva, era la plataforma musical para los solos y jaleos del saxo tenor, y además parte interpretativa cuando tocaba melodías en ambos instrumentos.
Tocaba el saxo alto con mucha dulzura; al escucharlo jamás se nos podía ocurrir que quien lo hacía era una figura de más de seis pies. En cambio, cuando oíamos la fortaleza con el saxo barítono cambiaba nuestra manera de percepción, y entonces si pensábamos que quien soplaba dicho instrumento tenía que ser corpulento, aunque también sonaba ese instrumento con una gran expresión musical.
Su grandioso aporte hizo que el sello musical de ese grupo fuera inimitable por casi 25 años, logrando consolidarse como un grandioso músico nuestro.
Solo de ver un anuncio de Los Magos del Ritmo, todos los jóvenes de esa época pensábamos en deleitarnos al escuchar sus hermosos fraseos y melodías.
Un ser humano de gran sensibilidad y sentido de cooperación, cuidaba en extremo sus instrumentos y siempre los trataba como sus niñas.
Una vez le pregunté cómo se sentía al ver tantos jóvenes que admiraban su forma de tocar, y me contestó así: “Mire Juancito, yo no hago nada del otro mundo, es el maestro Félix el bravo”, nunca vi en él una pizca de engreimiento, siempre muy abierto y sonriente.
Tengo hermosos recuerdos de su persona, siempre que teníamos oportunidad de compartir tarima me regalaba parte de su tiempo y conversábamos bastante.
Esta mágica combinación de Los Magos del Ritmo, de Don Félix y el Manso, jamás pudo ser imitada. La grandeza de estos dos intérpretes hicieron la distinción.
Tocar al lado del maestro Félix era un reto de enormes proporciones y Manolo suplió y pasó todas las expectativas creadas para lograr pasar a la historia con el sello mágico de calidad y musicalidad.
Un fuerte abrazo desde el fondo alma mi gran Manolo, E.P.D., esperando que un día podamos encontrarnos e integrar la alineación de la Gran Orquesta Universal.
Lo unico que le agradezco a Leonelito es que saco al burro del palacio.
ResponderEliminarGracias, Sr. Colon por darnos a conocer a nuestra generacion acerca del Manso. De las misma forma quisiera que realices un reportaje del difunto Aristides Lemoua. LEMUASITO PA GOZA
ResponderEliminarEL MANSO NO SOLO ERA GRANDE FISICAMENTE , ERA SU FORMA DE SACAR LO MEJOR DE TODOS LOS MUSICOS QUE LO ACOMPAÑABAN. MARIO Rivera, otto sandinista dominicano, se Patricia mucho en sus forma de tomar el saxo.
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