Por Diego Sosa
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Una
palabra muy utilizada. Si nos escucháramos, nos sorprenderíamos al
contar cuántas veces mencionamos la palabra “pero”. Como la tenemos en
nuestro vocabulario común no le damos mucha importancia. Lo malo es lo
que realmente pensamos cuando la traemos a la conversación.
La
utilización es casi siempre negativa. En negociación, hasta tenemos una
técnica que llamamos: “Sí, pero...”, cuya función es darle la razón a
la contraparte y, de inmediato, quitársela. Buscamos contra argumentar
dejando la tesis de la otra persona sin peso en la nueva discusión.
La
mayoría de las veces que me presentan en alguna conferencia en mi país,
los presentadores dicen: Él es de nuestro país, “pero” vive en
Alemania. Ese “pero” se puede interpretar de varias formas y por todos
lados me da un punto negativo. Si es “pero nos abandonó”, no me dejaría
muy feliz. Si es “pero pasó a mejor vida”, sería ofensa a mi espíritu
ciudadano. Puede haber otras explicaciones, aunque en todas el “pero” me
deja la mente ocupada en qué habrá pensado.
Cuando
mi correctora de estilos comenzó a quitarme los “pero” de mis textos,
me percaté primero de la cantidad de veces que lo usaba. Cuando reviso
lo escrito, me doy cuenta que no es cuestión de cambiar la palabra, la
realidad es que no hace falta, queda sobrando. En segundo lugar, puedo
ver que la mayoría de las veces tiene una connotación de contraposición
que viene de un pensamiento de rechazo.
Trabajo
fuertemente en que mis textos sean llanos y claros, y una de las cosas
que le dan ese toque que muchos me comentan como positivo es tratar de
no poner muchas contraposiciones y tampoco dar enfoques del lado
negativo. Lo más importante cuando encuentro un “pero” es ver porqué lo
puse y si en realidad enriquece el texto. Si encuentro la razón por la
que estoy pensando en negativo, invierto la idea y coloco la frase en
forma de acción.
No
es lo mismo decir: Está bien, pero creo que se puede mejorar... Que
desde el inicio expresar lo que quiero decir. Por ejemplo: Yo lo haría
de esta forma... Claro, peor es el que dice desde el principio: Eso es
un disparate.
Hay
personas que me escriben y con la entonación del inicio de su texto ya
sé que vendrá el ‘pero’ esperado. “Su artículo de hoy trabaja un tema de
actualidad, el enfoque que le da es muy interesante...” Estoy seguro
que en la mitad del párrafo habrá un punto y seguido y a continuación
una gran P dará inicio a la frase que expresa un punto de vista
contrario. No es que me oponga a que personas tengan puntos de vista
diferentes a los míos, de hecho, yo tengo el mío diferente al de ellos y
al de muchos más... sólo pongo el ejemplo para demostrar la parte
negativa que guarda el “pero”.
Revisemos
nuestro pensamiento cuando colocamos un “pero”, y si podemos
convertirlo en una filosofía de vida conseguiremos ser más asertivos en
nuestra comunicación y forma de vivir.
FRASE DE LA SEMANA
“Un pero es como un pelo en la comida; no la daña pero nos pone a pensar en su procedencia.”
Diego A. Sosa
El Sr. osea, dandomos catreda de pero.
ResponderEliminarNo te metas con diego que tu pareces un ignorante sin oficio y si no vas a aportar nada deja que otro lo haga y busca algo en que ocupar tu tiempo.
EliminarSiempre tiene que aparecer un insipido como anonimo 12:31
ResponderEliminarPero tu eres pajaro y el insipido no te lo tira en cara papi!
EliminarJhon Tresvuelta, uyyy!
PD: ese e mi mario que nadie se meta.
Soy mujer estupido
EliminarPero bueno
ResponderEliminarPues anonimo 1914 ere lesbiana no pajaro
ResponderEliminarBien por los escritos del Sr. Soso.
ResponderEliminarLos demás PUDRANSE.