Joseph Cáceres

Por Johnny Arrendel

No veo justificación para que las autoridades le otorguen una protección suplida por agencias del Estado a Sandra Kurdas, en conflicto con su esposo, Frank Jorge Elías

La queja de la estadounidense por nacimiento, y dominicana por matrimonio, luce como un chantaje, al responsabilizar a la corte judicial de “cualquier cosa” que le pueda ocurrir.

Y es que si precisamente, a Jorge Elías se le concedió la libertad  bajo garantía económica, con lo que se varió la prisión establecida en primer lugar como medida de coerción, es  sobre la base de que no representa peligro para ella.

No obstante, en un conflicto de pareja, de cualquier naturaleza, hay que presumir la posibilidad de violencia eventual, y por eso  se mantiene la orden de alejamiento de Jorge Elías con relación a kurdas.

Si la dama entiende que persiste la amenaza, debería entonces insistir ante la Fiscalía para que presente nuevos elementos a mano que avalen esa presunción, o pagar guardaespaldas por sus propios medios.

Se asume que ella cuenta con los recursos suficientes para asegurar su integridad en un lio particular, y si no puede reclamar que os gastos se carguen a las empresas regenteadas por la familia Jorge- Kurdas

En todo caso, pudiera acogerse la señora Kurdas al programa de Casas de Acogida de la Procuraduría, pero no que le coloquen  un par de policías para cuidarla, quienes  terminarán empujándole los carritos de supermercado, paseando sus perritos y haciendo otros mandados.

De otorgarle protección a Kurdas, la Justicia y el Ministerio Público tendrán que hacer lo mismo frente a las denuncias y querellas de cientos de mujeres dominicanas, sobre todo en barriadas y parajes pobres.

Pero imagínese, nuestras autoridades, que son tan diligentes en apresar y procesar cuando los casos involucran celebridades, son las mismas que con su negligencia han dejado que se produzcan verdaderas tragedias de violencia intrafamiliar, como en el fin de año 2012 en Invivienda.

Y es que en ese caso, como  en otros, una fiscal ansiosa por tomar sus vacaciones navideñas, pospuso la vista tras la querella de una de las cuatro víctimas mortales de un violento, cuando debió ordenar que el sujeto y futuro criminal fuera apresado de inmediato.

Es por eso más que ofrecer servicios de seguridad de carácter particular, los policías, fiscales y jueces, lo que deben es crear mecanismos de reacción rápida para apresar a los potenciales maltratadores antes de que concreten sus hechos.