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A propósito de un lenguaje censurable e impropio

La gente no sale del asombro al leer los términos a los que apela el presidente de Acroarte  en la comunicación que envía al periodista Miguel A. Rivera  ex presidente de la asociación.
Ayer en la tarde  en la tradicional peña del Supermercado Nacional era tema  de conversación de periodistas, locutores y productores de programas, sí como en muchos otros ambientes donde se le da seguimiento a la situación de Acroarte.
Imperdonable y  desconsiderado hablar de "joder" y calificar de "ladilla", a quien no está alineado con su criterio, al igual que sacar a relucir supuestos favores, como ese de que le incluyó a un grupo musical en la fiesta navideña de Acroarte, como si fuera esta una actividad de su propiedad, y no unos festejos para todos, ideados y creados por gente que hicieron importantes aportes a los cimientos de Acroarte en momentos en que Máximo Jiménez probablemente andaba jugando "trúcamelo", en pantaloncitos cortos, en su barriada en Pantojas.
Y son muchos los que se preguntan, qué es lo que está pasando por la mente de Máximo Jiménez?. Por qué al asumir el cargo como presidente de Acroarte ha sido tan desconsiderado con sus colegas, desde los más humildes hasta los más encumbrados?.
Cómo es posible que siendo el presidente de una entidad que agrupa a comunicadores, que debe ser ejemplo de mesura, equilibrio y educación se maneje con palabras tan desconsideras y descompuestas tratando de avasallar a quienes en el medio exprean ideas y criterios propios?
Y llegar al extremo de cuestionar negociaciones que se hicieron en  la gestión  de Miguel A. Rivera  entre Acroarte y  Cervecería Nacional Dominicana, en un evidente interés de arrastrar a esa empresa a un conflicto que no le atañe.
Como pueden ver, no hay nada de sensatez en Máximo Jiménez, quien demuestra en todo momento  un temperamento psicorígido, volátil, explosivo, sin parar mientes en el daño que le está haciendo a la institución.
Y nuestras críticas a la gestión y a los desaciertos del señor Máximo Jiménez, en modo alguno las llevamos al plano personal.
Por ello nos atrevemos a sugerirle a sus amigos y gente cercana que  por favor acudan en su axilio.
Se sabe que no admite sugerencias ni consejos.
Pero, traten de rescatarlo, porque se está perdiendo en un laberinto de donde dificilmente se regresa si no se detiene el tránsito a tiempo.