Por Juan Colón
Colosos que han engrandecen nuestro merengue y lograron
crear gigantescas carreras basadas en la misma finalidad, ser saxofonistas
excelentes, para dejar un legado de incalculables valores y modelos, con un
sonido muy clásico en el saxo, un poco oscuro, buscando la sonoridad de los
grandes clásicos del saxofón.
Tavito Vásquez.-
Empezó su trayectoria como solista en los grupos de nuestra música típica: Conjunto Alma Criolla, Trio
Reynoso, Conjunto Típico Cibao, y muchos grupos, se convirtió en el solista
deseado de todos los artistas que querían tener en sus grabaciones un solo de
saxofón.
También un excelente arreglista, en especial para la Banda
de Música de la Policía Nacional de la que fue asimilado por muchos años, pero sintió la
inclinación al renglón de solista y se dedicó en cuerpo y alma a su propósito. Rompió
todos los esquemas en la forma de improvisar
dentro del merengue.
Es innegable su grandeza, virtuosismo, tecnicismo y el
concepto bien claro en su legado imperecedero para todo quien quisiera seguir
la trayectoria de solista dentro del merengue.
Admirado por todos,
seguidores de todas las edades, de diferentes países llegaban al país solo para
ver el virtuosismo de este gran saxofonista, hombre de ideas y fuerza grandiosa
para cumplir su senda y poder al final sentirse satisfecho de haber
revolucionado para siempre la improvisación.
Algo muy especial en
este astro nuestro fue su independencia al tocar, no existía un solo
saxofonista que pudiera empatar con él, cuando uno pensaba que iba a tocar
parejo, él le cambiaba el jaleo y hacía la tarea más difícil. Hacia esto, no
por ninguna razón específica, su temperamento impulsivo y alegre le impedía
quedarse estático en un jaleo por varios minutos.
Crispín Fernández.- La excelencia para grabar un jaleo de saxofón,
creó un estilo y sonido específico, empezó su trayectoria durante la segunda
parte de los años setenta.
Y al llegar el auge
del merengue su sello indiscutible de sonido brillante, precisión asombrosa de
tempo, lectura de primera, afinación impecable, que deja una expresión única en
el jaleo, hacía sentir que cualquier jaleo, por rápido que fuera, sonaba como
un hermoso canto infantil.
Crispín logra
establecer una escuela, donde todos los saxofonistas imitaron su estilo, y sin
duda alguna, era el preferido por los productores para sus grabaciones.
Escuchar un jaleo por
simple que sea, es una enseñanza del verdadero arte y profesionalidad al
hacerlo. La historia y su trayectoria están ahí.
Apegado a un sentir
rítmico, donde tenía que sentir el baile del jaleo para poder grabarlo, muchos
productores solo se limitaban a observarlo, pero mientras no sintiera que su
espíritu danzaba a la par del jaleo no lo grababa.
Para empatar con este
grandioso saxofonista solo había que aprender a sentir como él en esos momentos
y escuchar su impresionante modo de frasear los jaleos.
Con ambos astros tuve
el privilegio de grabar tenor, con Tavito en un disco de Vinicio Franco, “Llegó
la Nochebuena”, y con Crispín, el disco “La Tembladera”, de la merenguera Milly
Quezada.
Dos grandiosos
músicos que mostraron disciplina, capacidad, tenacidad, talento, dejan sus
legados por caminos diferentes dentro de un mismo género, algo grandioso en
nuestra música.
Ambos expresaron un
mismo amor y sentir por su música, manifiestan amor por el merengue con el alma
y el espíritu, dando lo máximo de cada uno para engrandecer nuestra música y no
solo a nivel de grabaciones, sino en sentido general.
De engrandecer el jaleo
y la improvisación dentro de nuestro merengue, y así conquistan legiones de
eternos admiradores.
Soy fiel admirador de
la trayectoria de dos grandes que merecen el mayor respeto de nuestros músicos,
saxofonistas y demás, y la gratitud de la mayoría de los cantantes criollos que
hicieron de sus grabaciones modelos a seguir para quienes buscábamos entender,
amar y aceptar el virtuosismo de estas glorias nacionales.
Un abrazo del alma a
mi eterno Tavito Q.E.P.D. y a nuestro adorado Crispín quien todavía tenemos el
honor y privilegio de tenerlo con nosotros.
Tavito llegó a ser comparado con el eximio Charlie Parker y Crispin, además de ser excelente músico ha sido maestro de casi todos los alumns del Consrvatorio y tiene un disco maravilloso donde fusiona merengue con jazz
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