Por Diego A. Sosa
www. diegososa.info Twitter: @diegoasosa FB: DiegoSosaSosa
La
gente que conoce el campo sabe que para comerse una buena mazorca de
maíz debe tomar los mejores granos, de las mejores mazorcas de la
cosecha anterior. Sabe que debe arar la tierra, sembrar, cuidar la
planta y esperar con paciencia hasta poder recolectar. Son muchos los
factores que entran en juego.
Hay
personas que simplemente van al supermercado, toman la mazorca y la
pagan. Ellos no saben todo el proceso o no lo toma en cuenta. Y muchos
vivimos la vida de esa misma manera, como si todo fuera ir al
supermercado. Queremos pagar por todo y obtenerlo de inmediato.
¿Queremos
hijos bien educados y con futuro exitoso? Pagamos un buen colegio, una
universidad de prestigio y una maestría en el exterior. "Trabajo
terminado".
¿Queremos
comprar un vehículo? Vamos donde el vendedor, elegimos la carroza,
solicitamos un préstamo y salimos a mostrarle a nuestra reina el nuevo
carruaje real.
Las
cosas no son tan sencillas como parecen. La prisa que pretendemos vivir
tiene sus costos. Lamentablemente se pagan en un futuro y muchas veces
no nos damos cuenta de lo que hemos construido. Total, al final
encontramos quién tiene la culpa de lo que no salió como quería.
¿En verdad qué quería? Analizaré esa pregunta después que sepamos quién tiene la culpa.
La
culpa de que los hijos no aprendan las cosas importantes para triunfar
en la vida no es de la educación académica, sino del comportamiento. Los
conocimientos son importantes y casi indispensables, pero la actitud es
primordial para llegar al éxito real y duradero. Es muy extraño que en
las instituciones educativas puedan darle seguimiento a la inteligencia
emocional de nuestros hijos durante los aproximadamente 20 años que se
pasarán en ellas.
¿Quién
puede acompañar todo el tiempo de educación de nuestros hijos? ¿Quién
tiene la oportunidad de estar siempre a su lado? ¿Quién puede sacar el
tiempo para estar con ellos en los momentos importantes? ¿Quién le puede
dar el mejor ejemplo de comportamiento? O debo decir, ¿quién le da los
ejemplos?.
No
quiero que piense en echarse la culpa de algunas cosas, lo que pretendo
es que si no está despierto porque prefiere soñar pueda tener las
herramientas para decidir qué hacer: seguir soñando o tomar las riendas
de lo que quiere construir.
Vuelvo
a la pregunta: ¿Qué quiero en realidad? No deberíamos llegar al punto
de vivir nuestros sueños y darnos cuenta que el camino que recorrimos no
era el que nos llevaría a nuestro sueño. Podemos creer que un sueño es
tener un vehículo de lujo o un apartamento en la playa. Si eso lo tiene
con lo que ya se ganó y está haciendo sus previsiones para vivir cuando
ya no vaya a producir más, entonces está viviendo algunos de sus sueños y
conoce cuáles son sus sueños futuros y camina hacia ellos.
Tomar
la mazorca en el supermercado, pasar la tarjeta de crédito y al corte
pagar el mínimo para que no nos carguen mora, sólo los altos intereses
de financiarnos con uno de los créditos más caros que existen, es lo que
llamo no querer cosechar. Es más productivo sembrar, y le aseguro que
la recolecta de los frutos es mucho más satisfactoria que simplemente ir
al supermercado.
FRASE DE LA SEMANA
"El futuro está demasiado cerca para no construirlo todo el tiempo."
Diego A. Sosa
Coach, Consultor, Escritor y Conferencista
Tremenda frase
ResponderEliminarEl Sr. Osea es "errr diche".
ResponderEliminarde k equipo tu eres coach ojala k no sea del licey
ResponderEliminartantos mucachos que necesitan un coach en gualey ,los minas ,capolillo ,guachupita ,herrera ayuda esos muchachos eso te ayudara en tu superacion personal...........?
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