Joseph Cáceres

Por: Miguel Melenciano

New York, NY.-Como sucediera con el merengue años atrás, en donde nuestros hermanos puertorriqueños se echaron al hombro este cadencioso ritmo, y lo asumieron como de ello, así mismo ha ocurrido en la actualidad con la salsa.  Los dominicanos se han  apoderado de este ritmo, y han logrado que resplandezca nuevamente.

Es tanto así, que ha despertado a los legendarios intérpretes, hasta de su tumba, como sucediera en día pasado, en donde a través de holograma, el fallecido a destiempo Héctor Lovoe, ante un sorprendido público, cantó como si nunca se había ido de este mundo.

Pero, también, por el empuje que ha logrado la salsa  Made in Dominican Republic, las orquestas tradicionales de "salsa dura" han salido al ruedo, con la celebración de multitudinarios conciertos vendidos por adelantado.

La celebración de los 50 años del Gran Combo en el Radio City Music Hall, y recientemente en Puerto Rico, el re-encuentro de la Fania All Star en el Coliseo José Miguel Agrelot, es prueba fehaciente de que este ritmo, de origen cubano, adoptado por los puertorriqueños, colombianos, venezolanos, dominicanos, y muchos países más, está de regreso.

No cabe duda que la persistencia de los cantantes quisqueyano interpretando el ritmo salsa, unido a la calidad de nuestro compositores y a la debilidad de nuestro ritmo autóctono, ha logrado que este género retome la fuerza del pasado, inclusive, logrando relegar a un segundo plano los ritmos urbanos.

Hoy  vale decir "la salsa vive", y recordemos, que el reinado de este ritmo se mantuvo por  varias décadas en New York, así como en la mayoría de los  países de habla hispana, y de seguir con la fuerza que vuelve a emerger, traerá consigo el renacer de las buenas letras en las canciones, y posiblemente el reposicionamiento del buen merengue, que rivalizó en esos tiempos con la salsa.