Joseph Cáceres

Antes de conocer a Nuria Piera veíamos a su padre Enrique Piera con su programa diario  "Puntos sobre las ies"en Radiotelevisión Dominicana,  después del mediodía.
Nuria quedó huérfana. Le asesinaron su padre en la marquesina de su casa del ensanche Ozama, siendo ella una niña.
Creció con la rebeldía propia de alguien que a temprana edad ha vivido una traumática experiencia como esa, y pienso que desde niña desarrolló su vocación de tratar de desentrañar la verdad, dondequiera que se esconda, en un país como el nuestro de tanta gente mediatizada, amordazada, autocensurada, donde el oficio de la comunicación ha pasado a ser mercancía de un mercado persa.
Los asesinos de su padre se mantuvieron en un manto de misterio porque todo estaba controlado por los famosos "incontrolables".
Nadie como Nuria investigando la corrupción de funcionarios públicos, el abuso y el crimen de entidades militares y policiales, los vicios y los males sociales, siempre en procura de la verdad, desafiando intereses, sectores que la adversan por su labor,  sin importarle a ella correr la misma suerte de su padre.
Nuria es una mujer valiente, a la que todos debemos defender, proteger y valorar, que se ha ganado un puesto muy merecido en un país pinchado por todas partes, que hace agua por todos los lados, sin que pueda parche alguno contener el aluvión que está saliendo del mismo.
Frente a esta valiente mujer, lo menos que se debe hacer, es inclinarse y reverenciarla por su temple, su carácter, su seriedad y valentía en el trabajo que hace, mientras otros callan y se venden.
Es muy fácil venir a tratar de descalificarla,  sin parar mientes en la extraordinaria labor que desarrolla esta maravillosa y valiente mujer, haciendo investigaciones que deberían ser materia de trabajo de procuradores fiscales, policías, cámaras de cuenta, de diputados, senadores, regidores, organismos anti-corrupción y del mismo poder ejecutivo. Todo eso se lo echa encima Nuria, y en vez de apoyarla y reconocerla, lo que quisieran es que desapareciera con un asesinato moral o físico.
Que siga Nuria, y ojalá el país contar con muchas más como ella, aunque sean réplicas.
Te defenderemos Nuria, y si es necesario hasta con nuestra AK-47 que cartuchos tenemos de más...