A la radio y a los locutores se les ha querido culpar siempre de todo lo malo que ocurre en el negocio de la música.
Si los temas musicales que se popularizan no son de buena calidad, la culpable es la radio por difundir adefesios.
Si un artista no pega, los culpables son los locutores y la radio porque no le dieron la difusión debida a un disco.
Si el merengue está "de capa caída" se debe a falta de difusión, y la culpable es la radio.
La radio y los locutores son siempre los malos de la película, cuando en verdad las cosas no son así como se pintan.
Si bien es cierto que la promoción radial es importante, no menos es el hecho de que hoy día el fenómeno de la internet y de las redes sociales han abierto un nuevo espectro para la promoción musical, y se han creado medios alternativos.
Ello explica fenómenos como el de "Palito de Coco", que emergió de la calle en las redes sociales, a partir de lo cual se le llevó hasta de manera cruda a la radio.
Y es que, señores, lo que se va a pegar, se pega.
Repetimos que es buena la promoción radial, pero hoy día no lo es todo.
Cuántas veces no se ha dado el caso de que temas que irrumpen en la calle o en las redes sociales, han tenido que ser pautados por motus propio en la radio, debido al empuje y a la popularidad que han logrado de manera espontánea?.
Pensamos que es tiempo ya de que se rompan ciertos mitos, prejuicios e ideas interesadas, con las cuales se ha querido siempre estigmatizar a la radio y su gente.
NO ES COSA DE AHORA
Los ataques contra la radio no es cosa de ahora.
En los años 80 el merengue atronaba y reinaba en la radio de todo el país, en una época en que no había internet, ni se hacían promociones en discotecas.
Era una época en que sí la radio se echó encima la promoción de todos los merengues que hoy día conforman la carpeta de los llamados "años dorados".
Sin embargo, fue la época en que más fuerte se atacó a los locutores y a la radio.
Habían periodistas que organizaban paneles televisivos en contra de la payola y hacían campaña en contra de los locutores en los periódicos.
Porque todo el que no sonaba en la radio o no prendía con su música en el gusto de la gente, le echaba la culpa a los locutores.
Fueron los años de mayor gloria y esplendor para el merengue, y sin embargo fue cuando más duro se le dió a quienes sustentaron el ritmo.
Hoy día muchos desearían la mitad de la difusión, promoción y apoyo que se le dio al merengue en esos tiempos.
Así es la vida...
Ya hasta se han convertido en figuras proverbiales quedándose con el dinero de infelices artistas que con grandes esfuerzos y sacrificios juntan sus chelitos con el interés de lograr la difusión de su música, para terminar desengañados y arruinados, solo por hacer negocio con ciertos avivatos del medio.
Son los forajidos que todos los días salen a asaltar la diligencia de la West Fargo, y ni siquiera se tapan la cara con los pañuelos que los delincuentes usaban en los tiempos del viejo oeste.
Ahí están ellos... al acecho, esperando siempre la próxima victima. Los culpables de los desmanes nunca serán ellos...Hace tiempo que la mala es la radio y su gente.
con este articulo una vez mas el zorro demuestra que es un conocedor del tema y que puede ver mas aya de su propia nariz att bruce lee
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