¿Quién miente más ella o él?
Por Orlando Holguín
La frase “Yo nunca te he mentido” se quedó como un parlamento de guiones de telenovelas, películas y como palabras en hermosas canciones románticas. En una relación amorosa, desde aquí hasta la Conchinchina, todos decimos mentiras, y no solo blancas, rosaditas y tenues, sino hasta de colores lúgubres.
Siempre está en discusión quién miente más en una relación, ella o él. El hombre se considera como una máquina de hablar mentiras. Esta consideración tiene que ver mucho con los engaños amorosos. ¿Comenzó el hombre a ser más mentiroso con la infidelidad? ¿Es la infidelidad tan vieja como la humanidad? Lo que sí podríamos afirmar es que la mentira es mucho más notable en el campo amoroso desde que una persona pasó a ser propiedad de otra mediante un contrato llamado matrimonio. (Nada en contra de matrimonio). Una infidelidad es siempre adversa, sin embargo no tiene el mismo rango o efecto cuando ocurre entre dos personas que hicieron votos ante el altar o ante un juez.
Comparando la capacidad de ambos sexos para mentir, podríamos decir que hoy día hay casi un empate. Ahora bien, ¿qué ha influido para que la mujer diga más mentiras? Entre muchos factores, quizás se debe a la Ley del Talión: “ojo por ojo, diente por diente”. Es decir, tú me mientes, yo te miento, tú me engañas, yo te engaño. Claro está, no todas las mujeres asumen este comportamiento.
Existen todos tipos de mentiras, en la pareja: en lo sentimental, en lo familiar, en lo económico, en lo laboral. Por ejemplo, hay algunos capaces de involucrar a los hijos en el engaño. “Si tu mamá pregunta, dile que yo llegué a las dos” “Dile a tu papá que tú andabas conmigo” Otro caso de la mentira familiar, es cuando la suegra está de por medio y participa del ardid. Si ambas damas se ponen de acuerdo para mentir, esto convierte la relación en una bomba de tiempo.
Las mentiras económicas siempre están presentes. Una muy recurrente en los hombres era mentir sobre el sueldo. Actualmente es un dato muy difícil de ocultar. Las mujeres tienden mucho a utilizar las mentiras económicas, y de ahí se desprende incluso el famoso “clavo” (dinero oculto) que algunas logran amasar, casi siempre en base a algún tipo de subterfugio.
Otro recurso para mentir, es el trabajo. En las mentiras relacionadas con el empleo en ocasiones está presente la infidelidad. “Me cambiaron el horario”, “el jefe no me da chance”, “me tuve que quedar hasta muy tarde”, “la empresa me envió de viaje”, etc. Antes, esta táctica era mayormente utilizada por el hombre, pero con el ascenso de la mujer en el mundo laboral, ésta tiene igual oportunidad de utilizarla.
Otro de los aspectos importantes a aclarar es, quién sabe mentir de manera más efectiva. Se dice que las mujeres son más astutas mintiendo, no obstante, esto, según nuestro parecer, deberíamos verlo desde un punto de vista que favorece a las féminas. Al mentir menos, deben ser más astutas. En el hombre es más práctico y el hábito hace al monje.
Por último, ¿quién disfruta más la mentira? Ahí no tenemos ganador. Todo depende de las circunstancias. Dicen que no hay nada tan emocionante como mentir para ser infiel. Ahora bien, consideramos que ambos géneros van a una relación con una especie de preparación para decir mentiras. ¿También para aceptarlas? Tal vez. Nadie en el amor es mentiroso o mentirosa, sencillamente somos seres humanos con defectos y virtudes, entes que recurrimos a la mentira en distintos escenarios. ¿Y usted, nunca le ha mentido a su pareja?
Ya tan a la par.
ResponderEliminarESTA DEMOSTRADO QUE LOS HOMBRES MIENTEN MAS QUE LAS MUJERES
ResponderEliminarBuena pregunta para los politicos. Quien miente más del morao o del colorao? Del blanco o del verde?
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