Joseph Cáceres

Tengo una amiga que trabaja como gerente de marca en una importante agencia de publicidad. 
Casada, con un hijo, cuyo esposo es gerente de una sucursal bancaria del BHD.
Le sucedió que un viernes en la tarde, mientras laboraba en la agencia,  se sintió mal, como resultado de un embarazo en proceso. Pidió permiso y se marchó a su casa, llegando dos horas antes de lo habitual.
Solo hizo abrir la puerta de la entrada de su apartamento cuando escuchó un ¡Yupiiii!.
Era el niño de la casa, quien al parecer estaba muy alegre, y pensó que se divertía jugando con su Playstation.
¡Yuuuuupiiiii!. Volvió a escuchar, mientras entraba y cerraba la puerta.
Se percató entonces de que el "yupi" provenía del cuarto de servicio.
"¿Qué raro?", pensó. "¿Qué hace Samuelito en el cuarto del servicio?", se preguntó.

Se dirigió a ese lugar ubicado detrás de la cocina, y desde que se asomó a la puerta encontró a la empleada doméstica arrodillada practicándole una felación a su muchachito.
El, con los pantalones abajo, disfrutando a muy temprana edad de una "tremenda mamada".
Mi amiga entró en cólera, muy indignada, y despidió a la trabajadora, quien recogió sus "motetes", sin poder decir nada, y se marchó a su casa en El Abanico de Herrera.

Para que vean como son las cosas, su marido, de pensamiento liberal, no estuvo de acuerdo con el despido. Dijo que se debió  amonestarla, pero no botarla, porque después de todo, era preferible que demostrara su preferencia sexual a tiempo, y no que le fuera a salir "pájaro".
Y no es de extrañarse, pues así es como piensan muchos padres dominicanos.
Dicen que quien más sufrió la ida de la trabajadora fue el niño, porque se quedó sin su "yupi..., pero, ¿qué podía hacer?.

Pero bien, el relato viene a cuento a propósito del tema de las sustracciones de menores y violaciones, que solo se destacan cuando ocurren con las niñas.
¿Y las violadoras de niños, como en este caso?.

Si se publicaran los arrebatos y manejos de cierta figura femenina del medio adictas a los menores el escándalo sería mayúsculo.

Hay hasta una conversación telefónica grabada, donde "la infanticida" le explica a una amiga cómo seduce y conquista a menores, a los cuales refiere les enseña hasta cómo se coloca bien un preservativo.

Su depravación llega al extremo de establecer comparaciones  entre los hombres maduros y los adolescentes, señalando que que cuando  un veterano  toca a una mujer sabe para donde va, pero que  a los "carajitos" hay que "enseñarles el camino", y que ella disfruta "dirigiéndolos".

Y cualquiera que la ve en televisión pontificando...

A lo que quiero llegar es que las "violaciones", solo se tipifican cuando es de hombre a mujer.
No así a la inversa, por razones obvias. 
Sería muy chocante y contradictorio, que un hombre se querelle porque una mujer lo violó.

Y en cuando a los niños varoncitos...parte de la experiencia.
Imaginense, antes se usaba (No sé ahora, con eso del Sida), que los padre llevaban a sus hijos al cabaret para que tuvieran su primera experiencia sexual).
¡¡¡¡Yupiiii!