La indumentaria era similar a la del ballet, y a lo más que llegaban era a mostrar las piernas. Los bailes eran mambos de Pérez Prado, vals, y las rumbas cubanas, con predominio de movimientos ritmicos y acompasados. Imposible un "perreo", los famosos "piquetes", los "golpes de biela", movimientos de "chapas", y otras modalidades que predominan hoy día.
Las normas y reglas de la época era que podían bailar sin ser indecentes....Pero, hubo una mayor apertura cuando llegó la vedette María Antonieta Pons, como también Silvana Pampanini y la célebre Tongolele, experta en danzas orientales, las cuales venían a actuar en la Semana Aniversaria de La Voz Dominicana.
Como eran extranjeras se podían tomar ciertas licenciadas. Sin embargo, ello ayudó a que se le diera más libertad a las criollas en cuanto a sus bailes, entre las cuales destacaba Josefina Miniño y Frank Usero.
Eran tiempos en que coreógrafos y bailarines extranjero venían contratados para trabajar en el país, como es el caso de Kali Karlo. Lo mismo sucedió con la música, que las grandes orquestas eran reforzadas con músicos cubanos.
Son estampas de un pasado que se ha diluido con el tiempo, pues hoy día no existen grupos de danza ni vedette, como los que teníamos hasta los ochenta con Gladys Martínez y sus Bombones, Altagracita Peña, Manuel Logroño y Las Panteras, Mayra El Ciclón, Tiara Tai, Facelys Domínguez, Francis Santini, Gloria Normanda, Alexandra Johnson, Angelita Curiel, Maggy Molineaux, Martha Vargas, Arelys Aquino, Sasha, al igual que las boricuas Yolanda Narváez y las bailarinas Wanda y Alicia.
El vedettismo se convirtió lamentablemente en un arte en extinción. Y en cuanto a los grupos coreográficos y de bailarinas, apenas quedan algunas caricaturas en los hoteles turísticos, presentando rutinas para el entretenimiento de la audiencia del "todo incluido".
Bien facil ,escuelas de actuacion!
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