NO HAY PUERCO PA' TANTA GENTE
de una y mil anécdotas, se decidió por organizar un encuentro social en su casa que incluía un almuerzo con un cerdo asado.
Sucedió en una temporada navideña.
Bobby Rafael (La Bobina) el pintoresco cantante de la Coco Band, generador
de una y mil anécdotas, se decidió por organizar un encuentro social en su casa que incluía un almuerzo con un cerdo asado.
Al
filo del mediodía comenzaron a llegar los invitados, entre ellos
músicos de la orquesta y allegados de otras agrupaciones musicales del
momento.
Todo iba muy bien, pues se ''despalotaron'' varias
botellas de Bermúdez, y otras de Moscatel Caballo Blanco y Vinazo El
Pirata para las damas, mientras escuchaban música, donde no faltaba El
Chucuchá y La Leche, donde Bobby se escucha lanzando unos griticos.
El tiempo transcurrió de manera muy amena, con el único inconveniente que pronto dieron las 2:00
de la tarde y se hacía tarde y nada de que sirvieran la comida, con el
agravante de que no se introdujo de manera previa ninguna picadera o
"pasapalo", dizque para que los invitados no se "llenaran y dejaran el puerco".
La fiesta continuó y nada de aparecer la comida.
Los tragos comenzaron a hacer estragos, y algunos de los invitados estaban ya con los labios cenizos.
-Pero ven acá, y cuando es que van a servir la comida?-dijo uno.
-Ya yo estoy lánguido-dijo otro.
-Si yo sé esto, como en mi casa- expresó un saxofonista.
Ya eran las 3:00 y algunos de los convidados al almuerzo se manifestaban impacientes y nerviosos.
Un
compadre de Bobby comenzó a despedirse para marcharse, pero cuando
Bobby lo escuchó lo llamó aparte y le dijo bajito para que nadie lo
escuchara:
-No se vaya, compadre, que la comida casi viene.
-Pero es que tengo otro compromiso, compadre. Además ya es muy tarde. ¿Qué es lo que ocurre que no se ha servido la comida?
-Venga a ver esto, compadre- le dijo Bobby, y lo llevó a su habitación.
Ya
allí, como si se tratara de una película de misterio, acercó al
compadre al gavetero, haló una gaveta y le dejó ver una pierna de cerdo
asada en una bandeja que descansaba sobre una pila de pantaloncillos.
-Mire
este rico puerquito asado, compadre. Lo que sucede es que no alcanza
pa'tanta gente, pues vinieron más de la cuenta y tenemos que esperar que
algunos se vayan. Pero no se me vaya usted, compadre, que usted es de
la casa.
El problema es que nadie se fue...ya era casi de noche y la Bobina seguía con su puerco ''agachado'' en el gavetero....
Al final se dio el puerco Asao si o no. Y por fin a que hora lo dieron
ResponderEliminarEse es el misterio, parece que la historia continuara.
EliminarNo se de que región es Bobby, pero los sureños tienen ganada la mala fama de tacaños con la comida. Es en este siglo que están borrando esa mala imagen algunos personajes de esa región. RB
ResponderEliminarLos sureños son tacaños y los del cibao son chismosos.
EliminarQue apretaooo!
ResponderEliminarjajajajajajajajaja.no te creo,zorro,jajajajajajaja.
ResponderEliminarEso le pasó a un amigo mío compañero de trabajo el día de su boda. En ese entonces no se estilaba organizar las bodas con numero de mesas y la cantidad de invitados permitidos por invitación. De modo tal que si te apareces con gente de más no tendran donde sentarse y quedarán como auténticos paracaídas.
ResponderEliminarLa boda era en llamado Social Club de la Paseo de los locutores. El se casaba con la sobrina del síndico de entonces y habría show con Camboy Estévez y la música al piano del fenecido Bertico Sosa. El caso es que pronto aquello estuvo desbordado y había gente hasta de pie y hubo que buscar sillas adicionales.
Pasaban los minutos y los novios decidieron en virtud de la situación poner una bandeja de la picadera y comida en cada mesa, en lugar de como tenían pensado en forma de buffet. De esta forma que se las arreglaran comiendo aunque fuese "algo" de lo que prometía ser un abundante buffet. Claro, hubo algunos más vivos que otros. Pero cuando llegó la hora de partir el bizcocho, una fina obra de repostería de Miriam de Gautreau, la espera se hizo eterna porque no alcanzaba aún con todos los pisos que tenía!!. Entonces se vió algo interesante, algunos ya cansados optaron por marcharse, pero en algunos casos la madre de la novia ubicada a la salida "secreteaba algo" a selectos invitados. Éstos se devolvían con disimulo. A mi madre y a mi nos tocó el secreto: No se vayan que vamos a repartir el bizcocho lo que pasa es que hay que esperar que se vayan unos cuantos para que alcance.
Eran las doce de la noche cuando por fin, los mozos comenzaron a distribuir entre los valientes que perseveramos, suculentos trozos de bizcocho y en algunos casos, hasta preguntar si querían llevarse a la casa.Al final...alcanzó y sobró.
Gracias por leer. Susana
Ese compadre era Kinito Mendez. Que barbaro Bobby
ResponderEliminarCon razon el presidente Danilo Medina tiene fama de austero ya que el es del sur.
ResponderEliminarAustero pero con su dinero.
ResponderEliminarEn prensa tiró 500 millones mas que Leonel en su último año.
Ami me han contao, que pa'l sur, los perros tienen que agregarse a los setos, pa'poder ladrar, porque sino se van de jocico, por el hambre que pasan. Esos sueños le amanece "la jambre" primero que el día. No dan ni dicen donde hay.
ResponderEliminarEsos son los auténticos comesolos.
Meeeeeeentira, mi vieja y familia son del Sur (Barahona), su padre siempre las educo con ayudar a los demas, eso igual a quien se aparecia a las 12 para comer.
ResponderEliminarSi los del Sur son tacaños, los de la capital son unos muertos de hambre.