lunes, 24 de marzo de 2014


Rafael Ithier: Un ícono de la salsa

Durante varias décadas, el nombre de Rafael Ithier es sinónimo de salsa, enlazado con pizcas de triunfos dentro del pentagrama musical. El pianista, arreglista, director y artífice del sonido de El Gran Combo, lleva la cadencia y sabor de este ritmo antillano, convirtiéndolo en uno de los principales exponentes del género, junto a los Mulatos del Sabor, no solo en la Isla, sino en toda América Latina, el Caribe, Estados Unidos y Europa. Por más de 50 años, El Gran Combo de Puerto Rico surca por las ondas radiales y domina el ambiente artístico con el estilo propio que los caracteriza desde el primer acorde. Ithier es responsable de esa particularidad  que sin duda, los ha convertido en la bandera musical de Puerto Rico.
“Cuando salí de Cortijo y su Combo decidí dejar la música para irme a estudiar. Quería prepararme en administración comercial, ir a la universidad y hasta luego llegar a estudiar Leyes. Los años con Cortijo fueron seis o siete años de mucha intensidad, trabajo y fuerza. Se combinaron una serie de situaciones que me llevaron a tomar la decisión. Aunque estábamos bien complementados como grupo musical, comenzó ocurrir cierta desorganización, cosas que no eran de mi agrado. Yo venía de una disciplina militar, porque estuve en el Ejército y tomé la decisión de tomar otro camino”, explicó Ithier.
El músico criado en Monacillos, Río Piedras admitió que fueron buenos los años vividos con el grupo de Cortijo, tiempo de muchos sueños y donde se pensaba en el gran futuro que les aguardaba a todos por la popularidad e impacto que logró el combo. Como dice el viejo la expresión popular ‘estaban hasta en las sopas’.
Cortijo ysu Combo
Pero los planes que tenía de darle otro rumbo a su vida, tomó otra dirección, cuando otros integrantes de Cortijo y su Combo, también decidieron abandonar el grupo. Martín Quiñones, Miguel Cruz, Kito Vélez y Eddie Pérez fueron a buscar a Ithier con la idea de convencerlo para que estuviera a la cabeza de una nueva agrupación musical.
“Como era uno de los mayores del grupo, los muchachos siempre me vieron como un consejero. Me fueron a buscar y aunque estaba decidido a lo mío, me convencieron. Pensé que estaría solo seis meses en la orquesta y que cuando ya estuviera todo corriendo podía irme y hacer lo mío. Por tal razón, nunca quise que el combo llevara mi nombre como varias personas habían sugerido. Y aquí estamos casi 52 años más tarde. Así fue que nació El Gran Combo”, explicó el músico autodidacta.
Cuando Ithier y el resto de los integrantes decidieron reunirse para ultimar los detalles de la orquesta, se encontraron en la casa de quien sería otro de los integrantes de El Gran Combo, el percusionista Roberto Roena. Guillermo Álvarez Guedes quien había fundado junto a su hermano Rafael, el sello disquero GEMA, fue quien le hizo una oferta para alentarnos a seguir adelante con el proyecto y que no hubiera vuelta atrás con el combo de Cortijo.
Primeramente acompañaron bajo el sello GEMA, a el cantante dominicano Joseíto Mateo con la producción ‘Menéame los mangos’. Pero su primer disco fue ‘El Gran Combo de siempre’ con los cantantes Pellín Rodríguez y Andy Montañez.
“Al principio tuvimos muchos tropiezos. El Combo de Cortijo fue muy popular e impactó muy fuerte. Comenzaron los comentarios y comparaciones. Decían que habíamos abandonado a Rafael como si lo hubiéramos traicionado. Muchos no querían aceptar que el combo ya estaba desorganizado y desbandado. No tenía futuro”, narra con nostalgia.
No tardó mucho tiempo en que el público elogiara  y aceptara la propuesta musical del combo y lo demás es historia como dice Ithier.
“Siempre he dicho que nosotros somos el futuro de lo que fue Cortijo. Si el combo de Cortijo hubiera permanecido, El Gran Combo no hubiera existido. Nosotros sabíamos lo que le gustaba a la gente. No íbamos a tocar las mismas canciones, pero más o menos íbamos a tocar el mismo estilo. Era lo que le gustaba a la gente en ese momento. Kito Vélez trabajaba los arreglos con Cortijo y cuando vino aquí, hizo los arreglos también”.
Poco a poco Ithier comenzó a colaborar con Vélez en el aporte de los arreglos a pesar de las limitaciones que tenía porque era autodidacta. Al tiempo, Kito Vélez se separó de El Gran Combo y recayó completamente en Ithier la responsabilidad de los arreglos.
“Comencé a plasmar todo lo que se me ocurría y eso le gustaba a la gente y seguí haciendo eso todo el tiempo. Es lo que ha gustado hasta aquí”, contesta el músico a la pregunta de cómo definió el estilo y sonido particular de El Gran Combo.
Aclara, que aunque autodidacta, fue la guitarra y el bajo los primeros instrumentos con los cuales tuvo contacto. Inclusive, tocó el bajo en la agrupación de Tito Henríquez. El interés por el piano llegó a su vida a través de su hermana. Se encariñó de las blancas y negras y hasta el día de hoy es su gran pasión.
Por más de 50 años, El Gran Combo se ha convertido en la bandera musical de la salsa boricua, logrando que países como Colombia, Panamá, Ecuador, Perú, Venezuela, Alemania y otros le tengan un afecto inquebrantable. Las voces de los cantantes Charlie Aponte, Jerry Rivas y Papo Rosario son sinónimo de la música del Combo. En adición, otros músicos que marcaron huellas y dejaron un legado perpetuo como el saxofonista Eddie ‘la bala’ Pérez y Martín Quiñones.
Acerca de cómo han logrado mantenerse por tanto tiempo en el ambiente musical, explicó que trata de que se practique disciplina, organización y sencillamente hacer las cosas como se tienen que hacer. Respetándose, con responsabilidad y seguir haciendo la buena música que le gusta a los salseros.
Uno de los muchos gratos recuerdos que guarda, es la histórica presentación de El Gran Combo a mediados de los años 70, abriendo el concierto de la FANIA ALL STAR en el viejo estadio de los Yankees.
“Jerry Masucci nos hizo la invitación para estar junto a la FANIA. Entramos a la tarima con un uniforme que envié a que hicieran con la bandera de Puerto Rico. Tomé la idea de una pelea que había realizado el boxeador boricua Wilfredo Gómez en el Madison Square Garden. Cuando entramos con el uniforme aquello se quería caer. Eran como 40 mil personas y la gran mayoría boricuas. Ese momento nos impactó a todos y fue inolvidable”. (Vocero)

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NIURKA BAEZ,
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