Yo soy el compañero inseparable de las horas.
Mis manecillas marcan quejosamente
la soledad de las cosas que se alejan, tristemente,
por el camino sin regreso del pasado.
Porque aquí donde me ven,
incrustado desde hace tiempo en el tiempo,
con esta pupila que se dilata en el espacio,
les diré que yo soy el tiempo.
Los días se fueron,
las noches se marcharon,
y no hubo tiempo
para embarcar los lamentos...
Pero yo sigo siendo el tiempo
Zorro
Y siéndo el TIEMPO inexorable, mejor no le pido nasda, oker.
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