Joseph Cáceres

El salsero Sexappeal justificó el hecho de que su esposa sea la que en su carrera esté fungiendo como su manager, advirtiendo que el medio está lleno de engaños entre quienes ejercen esa actividad, considerando que en el país "no hay managers, sino vendedores de baile".

"Eso me lo dijo  en una ocasión el empresario Nelson Estévez, de J&N Récords, y estoy de acuerdo. Son vendedores de  bailes, no managers, pues estos son como si fueran padres de uno, que velan en todo momento por el bienestar del artista, y eso es algo que he conseguido con mi esposa", explicó Sexappeal en una entrevista que le fue realizada en el programa Vacilando la Tarde de la emisora Neón.

Por otro lado el popular salsero se manifestó desencantado del medio artístico, del cual renegó con palabras inusuales.

"Si pudiera dedicarme a otra cosa, dejaría este oficio tan diabólico, donde hay tanta mezquindad", declaró Sexappeal, señalando que estará en el mismo hasta que Dios quiera.

Sexappeal dijo que empezó  en la música desde los 14 años, como guirero, y que desde entonces ha tenido que enfrentar muchas dificultades.

"No tengo corazón para estar en este medio, donde hay gente que te abraza, pero te da una puñalada por detrás,", dijo, añadiendo que es una persona que no se mete con nadie.

En cuanto a la vigencia y la popularidad que hoy día tiene la salsa se identifica como el artista que inició el movimiento a finales de los años 90,s con una producción que le hizo Ramón Orlando, de cuya orquesta era guirista.

Explicó que a partir del éxito que alcanzó se incorporaron al movimiento otros salseros, entre ellos algunos veteranos que estaban aletargados.

"El que tiró la primera piedra fui yo, cuando muchos estaban agachados y no sacaban la cabeza. Hoy la salsa dominicana está en el foco del mundo, y me satisface que conmigo se inició el movimiento", expresó Sexappeal poniendo a la vez su descontento con la reciente entrega de la  premiación La Conga dedicada a premiar a los salseros criollos, donde entendía se le debió reconocer por sus méritos como figura a partir de la cual se inició todo.