Joseph Cáceres

Laissez faire, laissez passer

De lo más divertido encontré en las calles de Nueva York a  un grupo de payasos y de animadores infantiles disfrazados de héroes y personajes de cómics, donde habían algunas muchachas suramericanas muy bonitas con las cuales bromeaba a propósito de que no necesitaban abrigo por la indumentaria que ya tenían para sus caracterizaciones.

Nos llamó mucho la atención el hecho de que todos tenían un carnet visible, a manera de ID, y pregunté cuál era el propósito del mismo.

Es el permiso o autorización para caracterizarse y salir a las calles, como parte de un trabajo profesional, pues con ello se busca controlar  el delito de gente que se disfraza para cometer fecharías, como es el caso de robos en establecimientos comerciales, hogares, y rapto de niños.

Bueno sería que aquí se adoptaran medidas y exigencias similares, para de alguna manera controlar cosas que están sucediendo.

Está bien que usted se disfrace para un baile, o un desfile de carnaval en un lugar previamente establecido, pero otra cosa es andar por la calle ocultando su identidad, en lugares donde no hay fiestas. A quien ande así por lo menos hay que vigilarlo.

¿Qué hace usted disfrazado de Santa Claus o de Batman caminando por las calles sin que nada que lo justifique?.
Hace años que pasó lo de Tommy Show, esos eran otros tiempos.

Si es promoviendo una actividad o un establecimiento comercial, debe estar certificado para ello, de manera que se sepa que está trabajando cuando se le pida identificación.

Aquí no se puede continuar haciendo las cosas “a la brigandina” y actuando como los chivos sin Ley.

Los problemas que tenemos, algunos agravados, son el resultado de una permisividad pasmosa, y un "dejar hacer, dejar pasar" (laissez faire, laissez passer) espantoso.

En la medida en que se le cierre el cerco a lo malo, tendremos más cosas buenas.

Desnudarse cada vez que uno pasa por la seguridad de un aeropuerto es molestoso, pero es de las pocas cosas que pueden garantizar un viaje seguro.


Después de todo, son sacrificios pequeños, si se compraran a los grandes peligros que acechan en todas partes.