Si usted le canta eso, y la mece, entonces ella se duerme. De lo contrario nada. Y duro que es pasarse la noche atendiendo un muchacho que no se duerme, fuñendo toda la noche en la cuna, y cambiándole el pamper.
Cualquiera le da dos nalgadas, como antes se hacía, pero ya con los muchachos de ahora no se puede hacer eso. Yo al que quiera pasar su mala noche, se la regalo...¡Ah!. Y hasta le doy una vieja de ñapa.
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NIURKA BAEZ,
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