miércoles, 14 de mayo de 2014


AYER Y HOY DE ACROARTE
Por Jorge Jiménez
Santo Domingo.-Aunque soy miembro Íy ex directivo de Acroarte, debo admitir, que ya no me siento representado por esa institución. El grueso de los cronistas miembros de la Asociación de Cronistas de Arte hemos perdido “valor” en el mercado mediático y competitivo de la farándula.
Sólo un grupito de cronistas de arte, a los que llamo “los cronistas poderosos de Acroarte” se benefician o sacan el mejor de los provecho a esa institución.
Los cronistas de la “base” de Acroarte, sólo recuerdo, que tuvimos  “valor” para los artistas en las ocasiones en que Joseph Cáceres, Cristhian Jiménez y Cheo Tejada Gómez fueron “presidentes” de la entidad. 
Hoy Acroarte vive otra realidad. Después de la exitosa gestión de Napoleón Beras Prats, todo comenzó a degenerar allí.  Se fueron perdiendo los valores y principios que dieron origen a esa institución.
Es por eso, que comprendo la preocupación expuesta en Merengala por el colega y amigo Pedro Araujo respecto a Acroarte. Tiene toda la razón, cuando afirma que ya se perdió la solidaridad que caracterizaba a los miembros y directivos de esa entidad.
Esto también se justifica en el hecho de que Acroarte es una expresión de la sociedad dominicana y ésta cambió los valores espirituales, humanos, solidarios y de la honestidad por los valores materiales, de la corrupción  y del dinero.
Aprendí a querer una Acroarte que no discriminaba ni excluía a sus miembros. Que tomaba en cuenta a sus feligreses  y familiares de éstos para todas sus actividades y a cuántos eventos fuéramos invitados.
Tenemos ahora una Acroarte elitista, arbitraria, excluyente y grupista la cual utiliza la diplomacia en el trato con sus miembros, sobre todo con los de la “base”. En contraste con esto, recuerdo una “gestión” del maestro Joseph Cáceres donde no había otra cosa más preciada que un “cronista” de Acroarte.
Al igual que don Pedro Araujo, no renuncio de Acroarte porque valoro que estemos asociados como clase. Unidos, creo que somos más fuertes, pero  –y esto, a pesar del gran esfuerzo que realiza hoy José Antonio Aybar necesitamos y debemos apoyarlo en su lucha por una Acroarte que vuelva a preocuparse por la suerte de sus miembros y una directiva que trabaje para el beneficio de su colectividad y no sólo tomando el trabajo como rutina para entregar un “premio”.
Acroarte debe volver a los cursos, talleres, seminarios, encuentros familiares y a la solidaridad entre sus miembros y directivos. Rechacemos a los que trabajan sólo para controlarlo “todo” en Acroarte como si se tratara de un “negocio” o de una “mafia”. Rechacemos sus enemigos internos y externos como los denunciara el actual Presidente.
Volvamos a ser una organización totalmente democrática y preguntémonos, ¿cuál es la realidad y dónde están nuestros miembros?.

1 comentario:

  1. Con esa cara que tiene Pedro Araujo lo menos que unopensaria es que este viejo se dedique a chismes de farandula. Tiene cara de pastor protestante.

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