LA NOTICIA Y SU PESPUNTE

El Rey del Merengue

Santo Domingo.-El merenguero Joseíto Mateo, quien el mes pasado cumplió 94 años de edad, pidió al Gobierno que le otorgue una pensión decente, con la que pueda subsistir, ya que lo único que recibe son 25 mil pesos del Ayuntamiento del Distrito Nacional, dinero que dice no le alcanza para suplir sus necesidades.

Expresó que para mantenerse tiene que trabajar, pero en su país ya no lo contratan, razón por lo que está planificando abrir nuevamente su negocio “El patio de Joseíto”.

Dijo que en Puerto Rico trabaja más que en su propio país.

“Yo recibo una pensioncita del Ayuntamiento, que no me da para nada. Me la dan porque fui regidor por 12 años.

Yo quisiera que el presidente Danilo Medina me arreglara eso, porque si yo soy el merenguero más viejo del mundo y el Rey del merengue, entonces por qué no me suben esos chelitos para yo vivir tranquilo”, abundó Mateo.

Explicó que al parecer, como en el Ayuntamiento le pagan 25 mil pesos y aún canta, el Gobierno entiende que no lo necesita.

“Yo estoy loco por trabajar y no me ponen. Yo quiero que me busquen, que me contraten. Pero yo sé lo que haré, voy a reabrir El Patio de Joseíto y ahí trabajaré”, dijo el artista.

El merenguero dijo que en los próximos días sacará a la radio un merengue. Se trata de la canción “Viento de otoño”, balada de Danny Daniel a la cual le hará una adaptación y llevará a la radio.

Pidió a los locutores que le pauten su tema cuando lo lance.

“La gente de ahora lo que oye es esa cosa urbana, pero si escuchan un buen merengue muchas veces de seguro que se quedarán bailándolo, porque eso es lo auténtico de nosotros”, precisó. (El Día)

Es una pena que Joseíto Mateo se encuentre en esas condiciones, según dice, pues si hay un artista que ha sido austero ha sido él.

Artista y negociante, pues se recuerda que tenía tienda de discos propia en la avenida Duarte, además de El Patio de Joseíto, uno de los establecimientos más populares de los años 90.

El Patio fue uno de los lugares más famosos y concurridos que artista alguna haya tenido, sobre todo con el apoyo que siempre le dio Rafael Corporán, en la época en que la farándula era otra cosa.

El ambiente lo dominaban notables figuras del negocio del espectáculo y la comunicación, amigos de Joseíto, y los domingos, sobre todo, se podía ver la hilera de carros de gente de todo tipo que  concurría a los pasarías del famoso Patio de Joseíto, donde se comía y bebía de verdad, porque quienes iban a lugar era gente de dinero.

Empresarios, funcionarios del gobierno, artistas, gente notable del mundo social y político, todos iba a parar al Patio, que fue un negocio rentable que inexplicablemente fue dejado caer.

Joseíto habla de reabrirlo, pero debe tener presente que las cosas han cambiado.

La Reina de la Salsa

La gente que iba al Patio ahora se traslada los domingos a las Ruinas de San Francisco en la zona colonial, donde se forma un can de bailadores de salsa, son y otros ritmos tropicales, en un ambiente distendido, al aire libre, que se ha hecho tan popular, que hasta turistas cae allí hasta por inercia.

Parquearse resulta difícil en esos alrededores debido a la gran concurrencia de público hasta del interior del país.

Una lástima que Joseíto haya cerrado tan original lugar como El Patio, que de haber mantenido sus servicios, sobre todo en estos tiempos que no hay ningún lugar tradicional donde ir, le hubiera permitido al merenguero, no tener que mendigar una pensión del gobierno.

El de Joseíto Mateo, es un ejemplo en el que muchos deben mirarse…

Un Rey del Merengue que nunca lo ponen en el Festival del Merengue, ni se le toma en cuenta en ningún evento relacionado con el ritmo.

Diferente a Celia Cruz, La Reina de la Salsa, a la cual Raphy Mercado ponía siempre a cerrar sus conciertos del Día de la Salsa en el Madison Square Garden, y nunca dejó de colocarla en las grandes carteleras de sus espectáculos, por un asunto de respeto y consideración a una figura de su dimensión.

Hasta en eso la gente de la salsa es más solidaria y respetuosa  que los dominicanos con sus grandes artistas, aunque estén viejos. (Joseíto casi va a cumplir 100 años)