Por: Miguel Melenciano
New York.- Por compromiso personal, no pude corresponder a la invitación que me hiciera el amigo Jay Peña, para asistir a la reapertura del lujoso yate Infinity, y ser parte, de la instauración de un nuevo modelo de diversión, asequible para toda la familia en término económico, y sin tener que estar deambulando en las calles, a altas horas de la noche.
Sin embargo, el vacío que crea la no presencia física en alguna actividad, es llenado por los medios informativos electrónico, así como por las redes sociales. Y por estos medios, pude estar al tanto de todo lo que acontecía durante esta impresionante travesía a través del Rio Hudson.
De esta exitosa actividad algo que me emocionó al ver las fotos y videos que contantemente subían a las redes sociales los cientos de asistentes, y que me motivo a escribir estas líneas fue ver al maestro Joseph Cáceres presentando y animando, como en sus mejores tiempos, cuando era presentador oficial del Festival del Merengue que se celebraba en el Madison Square Garden.
Esta conmoción de sentimientos me llevó inmediatamente a afianzar mi creencia en la Ley del Eterno Retorno de Todas las Cosas: Todo vuelve el punto de partida original, todo vuelve a ocurrir tal y como aconteció, más las consecuencias y en espiras más altas o más bajas dentro de la Espiral de la Vida. Por tanto, ahora, sólo cosechamos lo que sembramos en una existencia anterior.
Pocos coterráneos han logrado, en este fascinante mundo de la farándula, mantener esta trascendencia en el tiempo; se han visto obligados a dar el salto a otra faceta.
O sea, que según esta ley, hoy. Joseph Cáceres está cosechando los frutos que durante 40 años diseminó, allende los mares, producto de su coherencia, credibilidad, objetividad y renovación en el ejercicio del periodismo artístico.
Pero esto no ha sido casual, sino causal, pues su formación y vinculación a los diferentes medios: radiales, escritos, televisados, de internet, independientemente de los vaivenes que se presentan, le han permitido transitar por diferentes generaciones de artistas, ver diferente tendencias y asumir un papel de crítico y sustentador de artistas que él ha visto crecer y desarrollarse, otorgándole un Don especial. La distinción, cariño y aprecio de la comunidad dominicana en ultramar, expresado durante su participación en el concierto en el yate Infinity.
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