LECTURAS DOMINICALES

Jugando a "matar la utopía"

New York.-Uno de los grandes cambios que  se manifiestan en la comunidad dominicana en Estados Unidos, es que a diferencia de otros tiempos, ya no tienen como meta hacer dinero trabajando la plaza para luego construir una casa en Santo Domingo y emnprender el retiro.
En otros tiempos ese era el ideal del dominicano. Vivir en New York por un tiempo, al cabo del cual retirarse a Santo Domingo.
Las cosas han cambiado. Estamos en la época del no regreso...
Muchos que se han ido de retirada no se adaptan, y terminaran regresando  a los Estados Unidos.
Y es que de las pocas cosas que podía ofrecerle el país a su gente, como era la tranquilidad y el sentido de la convivencia, se ha perdido en los últimos tiempos.
¿Retornar para qué?. ¿Para vivir la zozobra de los delincuentes, que te asaltan en la carretera desde que sales del aeropuerto, que no respetan la privacidad de una casita campestre, que te etiquetan como "dominicanyork",  a veces de manera despectiva, y no te dejan tranquilo suponiendo que tienes dinero?.
¿Un país donde debes cuidarte hasta de las autoridades, que son los primeros con los que debes andar "mosca"?
No ombe no, ya las cosas no son como antes, y nadie va a dejar las facilidades de un país desarrollado por ir a "inventar" a uno que aunque sea el suyo, no le ofrece seguridad, que es lo esencial para la convivencia, por no citar las demás deficiencias, donde hasta para hacer negocios hay que encomendarse a los santos, porque no hay respeto ni se cumplen las leyes, y los primeros que te "muerden" son las mismas autoridades del gobierno.
Es penoso decirlo, y admitirlo, pero esa es la cruda realidad, que no podemos ocultar...
Si a eso se le añade la generación de los hijos  de dominicanos inmigrantes que nacieron aquí y han crecido bajo los designios e influencia de la cultura norteamericana, ahí tampoco por más que se quiera, no hay nada que buscar.
Esos muchachos no están en eso, pensando dizque "en su país", cuando en verdad no lo sienten ni padecen, pues en realidad no es el suyo, sino el de sus padres o abuelos.
Los padres son los que quieren extenderle su cultura y costumbres dominicanas, pero es dificil ya hacerles cambiar su mentalidad, porque no han hecho esa siembra, aunque vengan de esas raíces.
Mucho más cuando esa juventud se desarrolla desde esta plataforma, como se puede ver en lo artístico, que los principales exponentes de la bachata, o figuras que han llegado al gran cine, tienen como demoninador común el aprovechamiento de la base estadounidense.
Por todo esto pienso que con el transcurrir del tiempo los fuertes vínculos de la diáspora dominicana con su gente y su país, quizás no se rompan, porque todavía hay mucho arraigo, pero no estarán en la proporción y la fortaleza de otros tiempos.
Seamos realista, aunque con ello matemos la utopía...