domingo, 4 de mayo de 2014

Vivo con pasión lo que hago. 
Por ello me mantengo absorbiendo las cosas que a diario vivo, con fruición de hambriento...
Valoro la tranquilidad,  aunque no niego que soy funambulista a tiempo completo. 
Por ello a veces reencarno en Leonardo Dicaprio o en San Martín de Porres,  dependiendo de hacia donde sople el viento, sin reparar  en el hecho cierto de que no es posible vivir una existencia fragmentada cuando has echado raíces en tus cimientos.
Me encanta incendiar a diario la máscara del día para después danzar el bolero sobre las cenizas del esquizo, en las madrugadas, o cuando el día se ha ido.
Nadie mejor para encontrarme que conmigo mismo.
¡Son los mejores encuentros!
Y es que llevo a cuestas un poeta que a veces desmonto en las esquinas, para "coger aire",  porque pesa mucho el "puñeta".
Hay quienes tienen la ventaja de llevarlo por dentro, por aquello tan manido de que "de músico, poeta y loco, todos tenemos un poco".
Amo el rock, el jazz, a Bach, a Mozart, a Wagner, a Brahms, a Chopin, Stravinsky, a Schubert. 
Me gusta el teatro (mi lugar de origen), la pintura, la literatura, que disfruto al margen del merengue, la salsa y la bachata, materia prima de mi trabajo cotidiano, pero...
Hace tiempo comprendí que es mejor romper el aire y vivir experiencias intensas, alejadas de la cotidianidad, el mundanal ruido  y el aburrimiento....Es la parte que no expongo, y que no negocio con nadie.
Después de todo, es la bandera que he plantado en mi transgresión al tiempo.

2 comentarios:

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NIURKA BAEZ,
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