Zorro gastronómico

Una de las expresiones que más aprecio cuando arriba a la mesa la comida que he ordenado en un restaurnte, es la advertencia de "tenga cuidado con el plato, que está caliente".
No hace falta a veces que lo digan, porque cuando se trata de carne, llega a veces chisporreando, rumorosa, delatando su presencia sobre la plancha de hierro caliente o el individual de cerámica igual de caliente, acabada de hacer, jugosa, potenciando todos sus sabores y nutrientes.

"Cuidado que el plato está caliente" es un alerta inequívoco de la presencia de un manjar manejado con esmero, con el debido respeto a  un comensal que probablemente tenga un nivel de exigencia y una cultura gastronómica que le permite discernir y distinguir cuando un platillo ha perdido la apariencia y estropeó su sabor como consecuencia de un manejo inadecuado.

No importa que usted haya pedido un rib-eye, un "prime top sirloin"  o cualquier corte de un "certified Angus Beef", si el punto de cocimiento deseado se ha estropeado, por el tiempo en que han tardado en llevárselo a la mesa después de terminado.

El problema, como hemos señalado, es de manejo, y es el mayor descrédito que afecta la imagen de muchos restaurantes, sobre todo criollos, que pueden ser muy lujosos, pero que cometen el error de servir las comidas frías.

En el interés de servir las órdenes al mismo tiempo del pedido múltiple de una mesa, dejan enfriar los platos que terminan primero, a la espera de los que requieren más tiempo, sin reparar en el hecho de que  el secreto de algunos está en la premura con que se sirvan. Una carne tierna se torna dura, cuando se enfría, y pierde la caracteristica por la cual se paga.

Otro caso, saliendo del ejemplo de la carne asada, no hay plato que se estropeé más que uno de pasta.

Si es al "dente", no hay quien le meta el diente, si se enfría.
Si es bien cocida, y también se enfría, le hace honor a su nombre y se pone pastosa.

Una de las aberraciones más grandes que comete la gente que no come por placer, sino por necesidad, es llevarse a la playa la clásica olla de espaguettis con pan, algo muy arraigado en la cultura playera del dominicano.

La aberración no solo es por la frialdad de la comida, que la convierte en "un pegote",  sino por la mezlca de la harina con la semolina. En la cultura del dominicano el espagueti es una "compaña" para el pan, el plátano, la yuca, el arroz y habichuela, cuando en verdad es una comida para ser acompañada de carnes, mariscos, o para comer solo con salsas o quesos.

Pero bueno, ello forma parte de una cultura de costumbres transferidas  y hábitos heredados muy dificiles de cambiar.
¿Cómo luchar contra la gente que se encuentra bueno un pedazo de pizza, unos espaguettis o lasagna guardado en la nevera hasta el día siguiente, con la salsa ya espesada y  aspecto "desbembado" como resultado del enfriamiento?.

Es un tema de gustos y preferencias.
Gente ya acostumbrada a que le guarden comida en la casa tapada con un pañito en la mesa, que cuando llegan se la "abrochan" fría.

Esa misma gente es la que acude a los restaurantes y no le importa que la comida se la sirvan fría...A veces porque la sacaron de la nevera donde la guardan "pre-hecha", y no les dio tiempo de calentarla bien, porque de todo hay en la "la viña  del Señor"

Tan agradable que es la expresión de ¡A comer caliente!.