Joseph Cáceres

Con respecto al despido de Tatiana del Rosario de la 91.3 FM.

Por: Enrique Santelises Vila

Santelises

Mi entorno profesional y social, el 90% lo componen figuras públicas, en su mayorías presentadoras de TV y modelos con quienes mantengo excelentes relaciones, pero en esta ocasión me quiero referir a Tatiana del Rosario, quien es mi amiga personal desde hace ya varios años, y a quien conozco en lo personal y profesional, conozco el tipo de persona que es, para que es capáz y para que no es capáz. 

Tatiana del Rosario es una de las personas más serias, trabajadoras y profesional que yo he podido conocer: Es una mujer emprendedora, sólo basta con conversar con ella tan sólo 10 minutos para comprobar lo anteriormente dicho, y quienes la conocen y la han tratado en lo personal, pueden corroborar con lo dicho por quien suscribe el presente artículo.

Me llenó de indignación la noticia de que ella fue cancelada de la emisora 91.3, donde conducía el espacio “Las tardes de la 91”, tan sólo por el simple hecho de emitir un comentario en contra de la empresa SMS Group. Emitió su juicio de valor un jueves en la tarde y el viernes recibió su carta de despido.  Y digo que me llenó de indignación no por el hecho de que la hayan cancelado, porque los puestos y los empleados no son eternos, lo que me molestó fue el móvil por el cual la administración de la referida Emisora tomó dicha decisión. Ellos quieren imputar ahora, que Tatiana incurrió en el delito de “Difamación e Injuria” en contra de la empresa anteriormente mencionada, que al parecer y para sorpresa de Tatiana, dicha empresa tiene fuerte relaciones con los dueños o ejecutivos de la 91.3fm.

Tatiana

Me permitiré explicar algo, y trataré de ser lo más explícito posible con respecto al delito de difamación e injuria. Lo primero que hay que preguntarse es, ¿Cuándo una persona incurre en tal delito?. De acuerdo a nuestra normas jurídicas y a nuestra legislación, una persona incurre en delito de “Difamación” cuando emite juicio de valores que no son ciertos y por vía de consecuencia, tales hecho no se pueden comprobar. Por ejemplo: Yo le pagué a X persona para que me hiciera X trabajo, y ésta persona en vez de realizar dicho trabajo me cogió el dinero”. Si yo no puedo probar tal afirmación o ese juicio de valor es falso, entonces yo me hago pasible de ser demandado por difamación, pero si por el contrario ese juicio de valor es verídico, entonces el elemento constitutivo del delito de difamación no existe y por vía de consecuencia, no incurro en tal violación.

Tatiana Rosario no ha incurrido en tal delito, ella simplemente hizo uso de la palabra, como persona, como ciudadana y sobre todo como comunicadora. Si a nuestros comunicadoras y nuestros talentos dominicanos se le va a poner límites, entonces la libertad de expresión y del pensamiento se verá coartada, y quiero reiterar que lo malo no es que la hayan despedido, porque como dije más arriba, los trabajos y los empleos no son eternos, lo que llena de indignación es que la administración de tal emisora lo haya hecho por lo anteriormente expuesto.

Deja mucho que desear que una emisora se preste a tales bajezas y obedezca a intereses particulares coartándole el derecho de expresión a nuestros comunicadores.

Muchas personas me conocen y saben que soy abogado. Por tal razón quiero aclarar que el presente artículo no lo escribo en tal calidad, si no en calidad de amigo del Tatiana Rosario.