Joseph Cáceres

Ingenieros carboneros nucleares

Aquí hay artistas que se van a estudiar canto lírico a Nápoles, o violín en Florencia, cuando no que una maestría en orquestación en Viena.
Se descantan por la vertiente de los clásicos, que todo el mundo sabe posee un nivel de aceptación muy limitado, y es algo que siempre se debe tener presente.
Cuando regresan se encuentran con la realidad de que el público al que se dirigen es muy reducido, que en modo alguno se pueden proyectar en términos comerciales, y que para hacer cualquier actividad hay que contar necesariamente con auspicio estatal o la ayuda de fundaciones que son las que sostienen gran parte de las actividades de las artes clásicas.
Viven de dádivas…
Músicos que se han pasado más de diez años estudiante , que se convierten en verdaderos maestros, enfrentados a la realidad de que ni siquiera ganan lo necesario para vivir con  dignidad.
Usted los ve haciendo piano y violón  como entretenimiento de salas de hoteles, en comidas y actos sociales como una manera de defenderse, pese a las críticas que los ortodoxos les hacen.
El tema es recurrente y forma parte de nuestra realidad social y cultural, 
Uno quisiera ver crecer el número de diletantes de las artes clásicas, y se encuentra con que cada vez es menor.
A no ser la rancia aristocracia en capacidad de disfrutar de un concierto sinfónico, un espectáculo de ballet clásico o una ópera.
Porque los nuevos ricos, sencillamente usan esas actividades c0omo0 parte de la cosmética social, para  figurear e ir a eruptar la cena.
Es la realidad y el público que le ha tocado.
Una de las más difíciles tareas de sociedades como la nuestra es la de elevar los niveles de apreciación musical en la gente, cuando es una labor que se debería implementar desde la misma escuela.
El problema esta cuando algunos  se resienten con la música popular, como si esta fuera la culpable de su situación y de su desgracia, lo cual deviene en una confrontación estéril, por la diferencia y distancia  que hay que marcar para evaluar la situación con propiedad.
Nadie tiene la culpa de que usted se vaya a graduar en ingeniera nuclear, y después venga al país a quejarse porque no encuentra trabajo.

Podrá ser el ingeniero nuclear mejor del mundo, pero ese aprendizaje no está enfocado a nuestra realidad, cuando aquí apenas se ha comenzado a implementar la tecnología de las plantas a carbon. !Miren por dónde andaríamos!..De Carboneros, con un ingeniero nuclear queriendo trabajo en su especialidad….