Joseph Cáceres

Johnny Ventura: ¿Qué pasó con el merengue? (4)

SANTO DOMINGO. El mú­sico dominicano quizás más conocido en el exte­rior después que Juan Luis Guerra, además de cantan­te, arreglista, compositor y productor musical, es abo­gado. Y como hombre de leyes sabe bien cuáles son sus derechos.

“Tenemos que exigir”

Johnny Ventura piensa que los artistas domini­canos tienen que sentar­se un día cualquiera, “y crear conciencia de dos cosas nada más; primero, que las frecuencias radia­les son del Estado -el Esta­do no es el gobierno, el Es­tado somos todos- y si eso es propiedad de todos, no­sotros no podemos ser ex­cluidos de la difusión ra­dial. Todo el mundo sabe el criterio que yo tengo so­bre lo que llaman “payo­la”. Entiendo que nosotros hacemos música para ven­dernos nosotros y que de­bemos propiciar promo­vernos, y en ese sentido no tengo reparos. Pero hasta la “payola” hay que regla­mentarlas en este país”, afirmó.

También expresó que quizás “tengamos que ir hasta la Presidencia de la República en bloque, y re­cordarle al Presidente de la República, el que esté en el momento en que va­yamos, que las frecuencias que ellos otorgan son del Estado y que el Estado so­mos todos y que, por tanto, nosotros somos socios de esas empresas, que hay al­guien que las usufructúa, que posiblemente algu­na gente se va a molestar, pero ellos deben recordar que las frecuencias son del Estado y que el usufructo es de ellos, pero somos so­cios. Entonces, hay que po­ner la música dominica­na; y en el momento que el mundo se abre nosotros tenemos que proyectar­nos, a partir de la marca país”, manifestó el músico y abogado que dice creer más en las estrategias que en las propias leyes.

“Le han llamado meren­gue a cualquier cosa”

Más adelante, Ventura se re­firió a lo que le toca a la pren­sa en este estado de cosas. “Le han llamado merengue a cualquier cosa”, aseguró. “Y aceptan que merengue se llame lo que sea. Y lo peor es que lo venden como tal. Le ponen merengue de pa­tio, merengue de falda, me­rengue de orilla, merengue de vaina y merengue urba­no... Yo quiero saber el que hago yo, que lo hago en la ciudad, ¿de dónde es? El mío no es rural... Pero ha faltado un poquito de cultura musi­cal”, espetó.

Sobre su experiencia personal con los jóvenes artistas de la llamada mú­sica urbana, explicó que al acercarse a ellos, lo hizo con la finalidad expresa de ayudarlos a hacer mú­sica, “y me encontré con que la mayoría no saben lo que es la nota Do; entonces a la gente que no está pre­parado para eso, tú no les puedes pedir más de ahí, pero les puedes hacer ob­servaciones. La tecnolo­gía los ayuda a hacer co­sas, porque ahora mismo, una melodía se ‘autoarmo­niza’ sola, porque los pro­gramas de acuerdo al mo­vimiento de la melodía te van dando acordes que re­sisten esa melodía”. E in­sistió que casi nunca can­tan, sino que hablan.

“Y si te das cuenta que casi no tienen base armóni­ca, es porque es puro ritmo. Se han ido a una cajita de ritmos y desde ahí decir co­sas de manera rítmica, pero no necesitan afinar, porque es hablando. Pero no los cri­tico”, insistió, y recordó las academias y las bandas mu­nicipales de antes, que sus­tentaron el movimiento musical de antaño.

El merenguero lamen­tó cómo se han desvirtua­do eventos, incluso como el Festival del Merengue, que ahora es festival de dembow y otras cosas.

LLAMADO A LA UNIDAD DE LOS ARTISTAS

 El llamado “único negro que echa miel por los poros”, insistió en la necesidad de que los artistas se unan, pues el sector del arte es un conglomerado social poderoso, “ pero nosotros so­mos los que tenemos que hacernos sentir como conglomerado social. Mientras yo piense que no, que el merengue para mí no tiene problemas, porque ‘yo lleno los sitios y la gente me aplau­de’, ‘y a mí también’, y entonces cuando hablo de crisis, digo ‘yo no’, y yo no, y yo no, y yo no. En vez de sentarnos a reconocer, y a comparar momentos para que entendamos que sí que hay dificultades en este momento, eso hay que hacerlo y urgente”, recalcó, a la vez que expresó su convicción de que deberían reclamar una emisora nacional que ponga merengues. “Una frecuencia nacional, que ni la del Estado lo pone... Y en cada región del país debe haber emisoras que se identifiquen con ese merengue”, a la vez que rememoró que en el reglamento vigente desde tiempos de Trujillo, que no se cumple, dice que el 75% de la música que se debe difundir debe ser nacional. Para el artista, la situación debe ser solucionada entre todos, porque el merengue forma parte de la identidad nacional.

(Alfonso Quiñones-Diario Libre)