Reflexiones domingueras...

Por qué Telemicro es el canal de las grandes masas

Nos contaba un camarógrafo asignado a cubrir las actividades presidenciales, tanto en el gobierno de Hipólito Mejía como de Leonel Fernández, que cuando llegaban las caravanas presidenciales a los pueblos, los dos vehículos más aplaudidos por la gente que se situaba a los lados de las calles por donde pasaba, era el del presidente de la República y el otro la camioneta de prensa de Telemicro que iba a cubrir el evento.
La reacción era invariable...La del vehículo presidencial, y detrás de sus acompañantes, cuando pasaba la camioneta blanca con el logro de Telemicro.

Eso provocaba el asombro y los celos de los periodistas de otros medios que iban en la caravana, que no se explicaban el por qué la gente aplaudía tanto cuando veían el nombre de Telemicro.
Ninguna encuesta mejor que esa para discernir sobre los niveles de preferencia y de aceptación de una planta televisora.

AGB hace las suyas, pero solo colocando medidores en las casas de la gente de sectores de clase media, y ni se molestan por ir por donde  "al diablo se le perdió el sombrerito", como dicen,  por ser gente de poco consumo que alegadamente no son del interés de la colectividad que maneja el negocio de la publicidad y promoción.  En esas mediciones Telemicro obtiene siempre primeras posiciones, pero pasmosos serían los resultados si la audiencia de los sectores empobrecidos y marginados se midiera, en adición a los números que se obtienen de las lecturas y estudios tradicionales en la valse media.

Y es que se olvidan de que aunque lentamente, "grano a grano se llena el buche la gallina", y que un consumo minorista multiplicado deviene en conjunto en grandes cifras.
Como también se deja de lado el hecho cierto, de que los gobernantes del país surgen del voto de  todas esas "despreciables  y olvidadas jurunelas". No en vano los candidatos se tiran por ellas cuando están en campaña, brincan charcos, orinan en sus letrinas para hacerse los graciosos, cargan  niños desnudos, y besan abuelas sin dientes".

Pero volviendo a Telemicro, desde que era Canal Seis, la gente lo bautizó como "El Telecable de los pobres" por sus películas y sus Tripletazos de acción, lo cual generó una identificación primigenia.
Es muy fácil uno tener parábola abierta, una suscripción "full" con todos los paquetes en el sistema de cable, estar abonado a Netflix con miles de títulos a escoger, y poder brincar entre los canales HD con una señal formidable en la pantalla de un Smart TV de 46 pulgadas, con sistema de retroceso y de grabado integrado. Así es muy bueno...
¿Pero y los pobres?.
Lo único que le queda al pobre para el entretenimiento y la diversión es la televisión, aunque sean esos aparatos clásicos "nalguses" que hemos bautizado como JLo.

En esa gente es que ha sustentado su grandeza Juan Ramón Gómez Díaz como estratega de la comunicación, porque sin ser  uno de los más ilustrados, ha tenido la visión que a muchos otros les ha faltado.
Fijense como los transmisores  de sus televisoras  se encuentran ubicados en los puntos más lejanos y recónditos de la geografía nacional, mientras otros canales solo se preocupan por cubrir la capital, Santiago y algunas zonas del Sur y del Este, si acaso.

Telemicro es un verdadero canal nacional, que llega a lugares olvidados, pero que muchos  siempre necesitan...
Y cuando las recuerdan, que acuden a satisfacer sus necesidades, se encuentran con la señal de Gómez Díaz esperándolos en la "curvita de la Paraguay" lo que les provoca "un titiguay" sin Rasputín.

Al margen de ello Telemicro es una empresa que socialmente mantiene de manera permanente una preocupación por su empleomanía que va más allá de lo normal  y que la gente percibe muy bien. Y una avanzada de servicio en el seno del pueblo, que permiten discernir entre aquellos que tienen y no dan y los que teniendo menos siempre dan más...