Joseph Cáceres

El peligro de mezclar alcohol con bebidas energéticas

Una nueva tendencia se ha puesto de moda las noches de fiesta:mezclar alcohol y bebidas energéticas en lugar del clásico «ron con cola». Cada vez son más los jóvenes que prefieren esta nueva combinación para sus noches de fiesta ya que, según un estudio, la inclusión de una bebida energética «aumenta la sensación de estimulación que se produce cuando se bebe solo alcohol».

El estudio, recogido en la publicación «Alcoholism: Clinical & Experimental Research», demuestra que esta mezcla es mucho más peligrosa que consumir solamente alcohol. Estos hallazgos sugieren que las bebidas energéticas pueden aumentar los riesgos asociados con el consumo de alcohol.

«Los jóvenes están consumiendo alcohol de una manera diferente a como lo hacían en el pasado», dice Cecilia A. Marczinski, autora principal del estudio. «Los datos de ventas muestran que las bebidas energéticas han ganado en popularidad y sabemos que esta práctica es muy popular, pero tenemos pocos datos sobre las respuestas objetivas y subjetivas cuando se mezclan alcohol y bebidas energéticas».

Para llegar hasta estas conclusiones, los autores del estudio observaron el comportamiento de 56 estudiantes de entre 21 y 33 años. Los participantes fueron divididos en cuatro grupos. Unos bebieron solo alcohol, otros lo mezclaron con bebidas energéticas, algunos ingirieron solo bebidas energéticas y otros solo placebo.

Aumentan los niveles de impulsividad

Los resultados llevaron a la conclusión de que «una bebida energética altera la reacción normal que puede experimentar alguien que solo bebe alcohol», dice Marczinski. «Esto puede provocar que se ingieran mayores cantidades de bebida ya que quienes consumieron alcohol mezclado con bebidas energéticas creían tener más control que los que bebieron solamente alcohol».

Por lo tanto, combinar ambas bebidas «crea un escenario de riesgo para el que bebe, debido a que esta mezcla aumenta los niveles de estimulación e impulsividad». En resumen, el estudio concluye que «la presencia de una bebida energética no cambia el nivel de deterioro asociado con el consumo de alcohol. Lo que cambia es la percepción del deterioro».