Joseph Cáceres

Como me siento aludido mi respuesta a Severo Rivera y su artículo Vidal Cedeño y Fefita la Grande

Por Miguel Melenciano

Hola Zorro, te damos las gracias anticipadas por permitirnos ser parte de este gran proyecto, el cual se ha convertido, en la fuente informativa donde todos bebemos diariamente, para estar al tanto de los acontecimiento en el mundo del entretenimiento y la farándula. Esta vez queremos expresarle algunas letras al prestigioso y  respectado comunicador Severo Rivera, en respuesta a su escrito “Vidal Cedeño y Fefita la Grande”, el cual respetamos, pero no compartimos.

Y es que cuando nosotros escribimos lo hacemos siempre apegado a la verdad, pues no nos gusta caer en la especulación, y mucho menos, ser desmentido.  Y para muestra un botón.  El litigio judicial, entre Vidal Cedeño y Niní  Tavárez al cual nos hemos referidos en algunos escritos, es el número Índex 304655, y se está ventilando en la Suprema Cortes del Bronx, ubicado en el 851 de Grand Concourse.

Aquí en esta corte se encuentran sometidos dos procedimientos;  una Orden to Show Cause, y una demanda por violación de contrato.  Mas luego explicaremos los dos procedimientos jurídicos, pero por el momento mostramos que nunca nos hemos prestado a hablar mentira, mucho menos escribir por encargo, simplemente a darle seguimiento a un caso que atañe a figuras públicas, lo cual, sino es por las redes sociales, nadie hubiese tenido conocimiento de  que estaba sucediendo.

Para mí, tener amigo, representar una figura, o porque no, tener su vaca sagrada, es  normal,  es su derecho, pero al mismo tiempo, los demás también tenemos derecho a comentar, criticar o exponer cualquier acontecimiento que se esté sucediendo, sobre cualquier figura pública, en ánimo de que los ciudadanos se enteren y puedan tomar decisiones al respecto.

Si esto no es así, no entendemos de qué se trata el mundo del entretenimiento, y la secuela de rastro que deja, la cual deriva en los comentarios de la gente vinculada  a la crónica del arte y la farándula.   En el mundo dominicano, todos los comentaristas, al parecer,  tienen su vaca sagrada, ó sea el individuo que nadie puede tocar, mucho menos comentar nada sobre él, sino es  apropiado a sus intereses, lo que se comenta. 

Lo que si debemos respetar en los comentarios o críticas que se forjen sobre un personaje u individuo,  y cualquier hecho que este genere, es caer en el aspecto personal.   Por encima de todo está, cuidar la imagen pública de ese ciudadano.  Ya que no se puede ligar, una cosa con la otra, pues si se llega a este nivel, las críticas o comentarios pierden su esencia, y por ende, se convierten en argumentos panfletarios.

Partiendo de esta premisa, con todo el respeto que me merece el distinguido, ilustre y  connotado comunicador Severo Rivera, quiero manifestarle que he escudriñado detenidamente en los buscadores del internet, y  en ninguno de los escritos, que he leído  sobre Vidal Cedeño nadie ha cuestionado su hombría de bien, y su seriedad en el negocio del espectáculo.  Si ha tenido o no negocio con el bajo mundo, nadie ha escrito sobre eso, mucho menos, lo ha puesto en duda.    

Hasta ahí todo está bien, lo que no es esta bien, y nos motiva a escribir estas líneas, es cuando,  Severo se refiere a que Vidal Cedeño “en las últimas semanas ha sido objeto de campañas despiadadas de ciertos personajes que a través de las redes sociales se han dedicado a la tarea de denostarlo  a propósito de la organización de una serie de conciertos que tendrán a partir del próximo fin de semana de la merenguera típica Fefita la Grande”.

Esta burda y contradictoria mentira no  la podemos aceptar al maestro Severo, ya que  la figura de Vidal Cedeño, nadie se ha atrevido a denostarla, ni aquí, ni allá.  Su imagen impoluta como hombre del espectáculo, serio como el que más, se ha mantenido blindada, nadie la ha tocado por el momento.

Ahora bien, que sus hechos en el negocio del entretenimiento generen comentarios y críticas, cuando no se procede con la verdad, y se trate de tomarle el pelo al publico, tratando de disfrazar y, otras veces esconder la realidad,  eso, ni a Vidal, ni a nadie se lo vamos a permitir, aunque traten de amedrentarnos, acusándonos de escribir por encargo, o de lo que quieran.  La verdad sale como el Sol, aunque usted no quiera.   Nosotros seguiremos detrás de la noticias.