El fiestón de anoche

Una lluvia retozona quiso fastidiar el Megamerengue pero no pudo

El de anoche es lo que se puede considerar un verdadero "parto forzoso".
La lluvia cogió de relajo a la gente que acudió al Megamerengue Tour que auspicia el Ministerio de Turismo.Una lluvia retozona 
Justo cuando el evento estaba a punto de iniciarse, cayó un torrencial aguacero que hizo a todos levantarse de sus asientos y salir huyendo a guarecerse dentro del hotel Be Live, donde se celebró el concierto en Punta Cana.
Cuando dejó de llover, los camareros secaron las sillas y las mesas, para que la gente volviera a ocupar cada quien su lugar.
Pero al cabo de unos minutos volvió a llover, y de nuevo hubo que huir por la derecha.
Cuando pasó el agua todos a su posición anterior, confiando en que no volvería. ¡Que va!. San Isidro el Labrador, el mismo de "quita el agua y pon el sol" parece que estaba en chercha anoche, haciendo maldades, y repitió como 5 veces más sus lloviznas y aguaceritos como tratando de que la gente se cansara con el tanto ir y venir.
Pero no se salió con la suya el fuñío santo, que por suerte no contó con la asistencia de Santa Bárbara, abogada de los truenos.
San Isidro lo que estaba era relajando, aguándole la fiesta a Luis que estaba fajado frotando sus dos piedras. Era un reto entre San Isidro y las piedras mágicas con las que Luis detiene la lluvia.
Al final la fiesta se dio y en grande, iniciando con la participación de Estefany Constanza, la joven quinceañera que abre todos los Megamerenque.
Es una joven con muchas codiciones, a la cual obviamente hay que preparar para sacar de ella lo mejor.
Anoche la vimos más superada que en Puerto Plata, y esperamos que siga en ese camino, porque  está "emburujada" con los éxitos de Miriam Cruz y Milly, dos cantantes veteranas, que no son "paja de coco", como dicen.

Los "cocomerengues" alegraron el ambiente

Al filo de la media noche Manuel Duncan y Julio Clemente, los animadores,  dieron inicio  al Megamerengue, que tras  la aplaudida actuación de Estefany Constanza dieron paso a Pochy Familia presentando a la Coco Band con su reperterio de puros éxitos.
La gente, entre ellos muchos turistas, que habían huido por la lluvia, desde que se escuchó la orquesta se descolgaron hacia el lugar a disfrutar del contagioso ritmo de La Coco, y a partir de ahí no hubo pausa ni descanso.

Pochi hizo algo muy bueno en medio de su actuación. Y fue explicarle a los turistas presentes de manera suscinta qué es el merengue, y cuáles son los instrumentos que identifican el ritmo, a manera de ilustración para dejar en ellos una enseñanza, que va más allá del baile y la gozadera que todos estaban disfrutando.
Ese fue el plus que enriqueció la particiación de este merenguero, responsable de una etapa importante del merengue, cuando emergió como relevo en representación de una generación que hizo su impronta en décadas pasadas para hacer sus aportes a la proyección del género.
Pochy familia y la Coco Band definieron una época en que el merengue necesitaba revitalizarse con nuevos aires y colores, y esa misión la cumplió a plenitud, verificable en el hecho de que después de Juan Luis Gerra, el único merenguero que ha llenado el Estadio Olímpico es él.
Sin dejar de mencionar los "cococonciertos" playeros y el del Monumento en Santiago, eventos masivos irrepetibles que nadie más ha intentado hacer de nuevo.
Con un "background" así no es de extrañar que El Cocutú se luciera pues es un artista que cuando está delante del público se crece.
Y como veterano al fin, tiene sus recursos de animación muy particulares, sin necesidad de copiarle a Wilfrido su "arriba la mano". Lo demostró anoche al poner al público en un punto máximo.

Wilfrido es demasiado fuerte en tarima

La semana pasada destacamos la participación de Wilfrido en Megamerengue de Puerto Plata.
Pero esta vez en Punta Cana la leyenda de la música estuvo bestial.
Pensaba que con tantos años viendo a Wilfrido había agotado la capacidad de que pudiera sorprenderme.
Cuando la banda de Wilfrido arrancó los que estaban sentados  se fueron de frente a la tarima como atraídos por un imán.
Increíble el magnetismo de Wilfrido, y la vitalitad que sigue poniendo de manifiesto en un escenario, donde no hubo concesión alguna para nadie. Lo suyo fue música "por un tubo y siete llaves", con todos sus temas rítmicos, bailables como para poner a la gente loca, en una selección para tarima muy bien pensada.
Siendo la figura del merengue más internacional de cara a los turistas, la empatía con ellos no se hizo esperar. Muchos coreaban sus merengues.
Algo que vimos formidable fueron sus diferentes rutinas de animación.
Como ahora muchas orquestas han adoptado el "arriba las manos" popularizado por él, para no dar siempre más dde lo mismo ahora se inventó un tren, y un juego de mano tipo ola, formidable, para poner al público "en su tinta".
Eso realmente me gustó porque rompió el encasillamiento con nuevos recursos de animación, que es lo que hemos estado reclamando.
Aunque al final cerró con su "arriba la mano" breve, demostró que tiene con que más mover y poner en punto la "melcocha" de la gente sin empalagar
Se anotó "un virao" Wilfrido demostrando que es capaz de seguir innovando, y de brindar propuestas nuevas aparte de su menú tradicional

Kinito demostró por qué es "El Hombre Merengue"

Aunque no se diga ni se admita, en cada uno de los líderes del merengue que participan en el Megamerengue subyace la determinación de lucirse y de no quedar debajo de nadie.
Mucha cortesía, saludos y menciones de los demás participantes, pero cuando están en la tarima lo que sueltan es "paqueticos".
Y más cuando se trata de agrupaciones veteranas como la de Pochi, Wilfrido, y Kinito Méndez a quien le tocó cerrar el concierto de anoche, con la pista caliente, que le habían dejado sus antecesores.
Pero Kinito tiene sus trucos y no se arredra...
La suya es una de las agrupaciones con mayor presencia permanente en la radio con su música, a la cual no le ha importado el llamado descenso del merengue en la preferencia de la gente.
Por algo le denominan "El Hombre Merengue", y anoche puso a la gente a bailar y a gozar con sus merengues refraneros, efluvio de la esencia y la sabiduría popular.
Y claro, no podía faltar su clásica rutina de animación con el trabalenguas del hoyo, las mujeres en tarima bailando el Suasuá, y los temas que forman parte de su repertorio trepidante, donde no podían quedar fuera sus palos y sus alusiones a la santería propios del sincretismo de nuestra cultura, y de su bien ganado prestigio como uno de los merengueros que más cabida le ha dado a las expresiones más auténticas de nuestro folklore.
Si Marcos Caminero es el merenguero que más se identifica con el carnaval dominicano con la diversidad de temas que ha grabado, Kinito es el que más recoge el efluvio de nuestro folklore y tradiciones, con aportes que deben siempre ser valorados más allá de la dicharachería, el gracejo y el refranero popular con que nos ha alegrado.
Es en esencia, algo que no se puede perder al ponderar el fenómeno Kinito Méndez, quien humildemente proclama que está "haciendo merenguitos pa'comer".
Diríamos que para comer y algo más.

Una corista que se las trae

Alguien a quien deseo dedicarle un comentario aparte es a la corista Ana Carmen de la orquesta de Wilfrido Vargas, a quien vimos la semana pasada en Puerto Plata de una forma, y que anoche nos sorprendió con un "look" diferente, moderno. Ahora rubia sobresale al frente de la banda.
La conocemos desde hace tiempo haciendo coro con diferentes artistas, pero ahora con Wilfrido está en un punto máximo, haciendo un despliegue interpretativo fuera de serie, cantando, bailando, con una vitalidad y una gracia que ya quisieran algunas otras cantantes. 
Esta muchacha debería ser líder de alguna agrupación femenina o masculina, y proyectarse como figura.
Uno no entiende a veces las cosas...Gente en los coros que son fenomenales, como es ella, graciosa, bonita, moderna, con buen swing, carisma, poniendo de relieve que tiene de más lo que a otras le falta.
Ojalá y alguien se animara a trabajar un producto como el suyo...