Joseph Cáceres

Delante del ahorcado no se puede mentar lazo

¿Ha visto usted alguna vez a Juan Luis Guerra en una disputa pública  con alguien, respondiendo ataques o infundios,  dizque para demostrar que "es un hombre", que no tiene pelos en la lengua, y que es capaz  de "pelarle el plátano a cualquiera que con él se meta?.
Y fíjense que le han dado duro, y nunca usted lo ha visto respondiendo a nada...El es un verdadero artista, con una obra hecha, no un improvisado, ni alguien que tiene salir a defenderse  ni siquiera de las infamias.
Fernando Villalona, por igual, ha soportado toda suerte de ataques, merecidos o injustos, pues todo el mundo sabe  que vivió una etapa muy cuestionada, de la cual por suerte pudo librarse. Pero al Mayimbe usted no lo ve en dimes y diretes con nadie, porque también es un artista verdadero,  aunque tuvo una época en que se trató de destruir él mismo, y no pudo.
¿Wilfrido Vargas llamando a un programa para insultar a alguien?. ¡Nunca!. Johnny Ventura, ni se diga...Tampoco Héctor Acosta, ni Eddy Herrera...¡Son artistas!.
A los que vociferan, atacan, insultan y pelean públicamente, ya sea contra un artista o un periodista, puede usted asegurar que son personas frustradas, inseguras, con serias deficiencias en la intra-persona, inadaptados sociales, carentes de valoración artística, estilistica, de buenos modales, educación y costumbres.
Son la parte más rastrera de la farándula.
Y no hay que decir quienes son, porque ellos mismos se delatan con sus rabietas y explosivas exposiciones, en la radio, en la televisión, en las redes sociales, como también cuando han llegado a las vias de hechos, al apersonarse a canales de televisión a tratar de agredir a comentaristas que los han criticado.
Al final de cuentas, tienen todos, como denominador común que se han escindido de los niveles de aceptación que alguna vez tuvieron.
Los pobres viven arrastrando sus penas y rumiando sus fracasos en una actitud de rabia, como si fueran otros los culpables de sus desgracias.
Se tornan peligrosos, andando en vicios y en malos pasos, pretendiendo que nadie aluda a ellos ni siquiera de manera somera.
Porque es como dicen, delante del ahorcado no se puede mentar lazo.