LA NOTICIA Y SU PESPUNTE

NUEVA YORK. Kenneth Douglas, un necrófilo del condado Hamilton en Ohio, sostuvo relaciones sexuales con más de 100 cadáveres de mujeres mientras trabajaba como auxiliar en una morgue de esa región.
Douglas, quien admitió los abusos a los cuerpos sin vida, dijo que lo hacía, bajo los efectos de las drogas y el alcohol, entre 1976 y 1992, cuando trabajaba por las noches en la morgue.
"Me subía a los cadáveres, me bajaba el pantalón y tenía sexo con ellos", señaló Douglas en una escalofriante declaración, durante una audiencia judicial en la Corte Criminal de Hamilton.
Los abusos a los cuerpos sin vida del acusado, salieron a la luz, luego que el condado, recibiera múltiples demandas legales de parte de los familiares de las muertas.
La demanda, podría también ser sometida en un tribunal federal. 
"Si yo no hubiera consumido drogas, eso no hubiese pasado", le dijo Douglas al canal de televisión WPTV de Ohio.
Su esposa se quejaba de que él apestaba a sexo, cuando ella iba a recogerlo al trabajo. Dijo que denunció la situación a la policía, pero en ese entonces, no le hicieron caso.
Los cadáveres violados por Douglas, eran de mujeres en edades de hasta 23 años, como Charlene Appling, con cuyo cuerpo inerte tuvo relaciones el mismo día que ella fue estrangulada y con seis meses de embarazo.
Otro de los cadáveres era de una mujer de 19 años, Karen Range, y Douglas, fue sorprendido en el momento en que violaba el cadáver de esas muerta. Una prueba posterior de ADN determinó que su esperma estaba en la vagina de la estrangulada.
En el 2008, Douglas admitió que había violado el cadáver de Range y fue condenado a tres años en la cárcel, pero después, se declaró culpable de docenas de violaciones a los cuerpos sin vida.

Cualquiera ve ese caso como algo lejano, que solo  ocurren en países donde hay gente con problemas que les llevan a expresares de esa forma, ni siquiera respetando a los muertos.
La necrofilia es una perversión sexual que trata de obtener placer erótico con los cadáveres, ejerciendo una atracción morbosa por la muerte, perturbación esta que nada tiene que ver con países desarrollados, sino que se puede manifestar en cualquier parte.
Aquí mismo, en el decenio de los 80 habían estudiantes de Medicina necrófilos en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, que en horas en que no había práctica de los estudiantes con los cadáveres, entraban al recinto de anatomía para tener relaciones sexuales con las muertas.
Eran tan descarados que cuando iban "a coger" una decían “me voy a dar una fría”, aludiendo al hecho de que los cadáveres estaban fríos, para su conservación.
De allí salían algunos asquerosos, enfermos sexuales, con un hedor a formol, sustancia esta que se usan para mantener en buen estado los cadáveres.

Lo grande del cuento es que las autoridades de la UASD y la faculta de Medicina, nunca se dieron por enteradas de esta práctica tenebrosa.