Sigue el bombardeo

Los Grammy Latinos: ¿premiación o repartición de regalos?

Por Alci de la Rosa

Si hay un artista, y precisamente latino,  que haya realizado este año una labor titánica, ciclópea, extraordinaria, ingente y otros sinónimos afines, ese cantante se llama Romeo Santos.

Su foja de presentaciones multitudinarias en esta temporada es tal que lo hace accesible a la denominación de "Rey" ya que sus hechos lo elevan pero muy por encina de todos los cantantes de habla hispana del continente.

Romeo, que venía de llenar en dos sábados seguidos el imponente aforo del Estadio Olímpico Félix Sánchez de la capital dominicana con capacidad para más de 50 mil personas entre gradas y terreno de competencia; de haber abarrotado grandes escenarios de Norte, Centro y Sudamérica y también de Europa, convencido de su valía artística, aceptó el reto de desafiar el Yankee Stadium por dos noches seguidas y el resultado fue la historia exitosa que todos conocen.

No obstante estos brillantes logros que puede exhibir orgullosamente el gran artista de origen dominicano y a la vista y comprobación de todos, los "truculentos" organizadores de los Grammy Latino han tenido "la cachaza", la ridiculez, la extravagancia, la sinrazón de dejarlo fuera de competencia.

Esta absurda, y sobre todo injusta decisión, retrata de pie a cabeza al Grammy Latino de que no son premios sino que es una repartición de regalos de unos señores "feudales" para sus "vasallos" del arte. Es decir que quien tiene libre albedrío para manejar su carrera sin obedecer a las pretensiones de esos señores queda automáticamente desterrado de esos "predios”, no importa lo brillante y exitosa que haya sido su trayectoria.

Vivimos un mundo que está lleno de engaños y de trucos, pero poco a poco la gente va tomando conciencia de todas estas inmundicias morales que al fin y al cabo terminan muy mal, como terminará este supuesto premio y todas sus falsedades, porque nada quedará bajo el sol que no se sepa.