Miriam Cruz y Héctor Acosta levantaron el estandarte del merengue hasta el tope en el Festival Presidente
El merengue se lució anoche de una manera sorprendente, convocando el entusiasmo y la alegría colectiva de las más de 50 mil personas que abarrotaron el Estadio Olímpico en el segundo día del Festival Presidente que organiza y auspicia la Cervecería Nacional Dominicana.
Y de qué manera, con un Héctor Acosta y una Mirian Cruz luchando en pareja, dando la cara por el género, sin importar las otras grandes atracciones anunciadas para el evento, con una actuación memorable que rompió todos los parámetros establecidos, ganándose los más encendidos y sentidos elogios de la gente de la prensa que ha venido siguiendo los pormenores del magno evento artístico.
René Brea se empleó a fondo en una producción artística que le acredita, con un junte artístico que mejor no podía ser.
Héctor Acosta crecido en el escenario, poniendo de manifiesto su capacidad interpretativa, su gran dominio escénico, y el carisma que ha hecho de él una figura de leyenda en la música popular, junto a la Gran Diva del Merengue Mirian Cruz, lucida, haciendo galas de su voz, de su encanto y de su bien ganado sitial como la cantante más popular del merengue en estos tiempos.
No en vano la producción del espectáculo los escogió para que representaran al merengue en el festival, misión esta que asumieron con una determinación y un desempeño excelente, a un punto tal que muchos de los que opinaban anoche en el área de prensa consideraron la actuación de esta pareja como una de las mejores en las dos noches del festival.
Y como era de suponer, auque El Torito enarbolaba la bandera del merengue, las bachatas no se podían quedar, como tampoco el público se lo iba a perdonar, luego de su exitoso crossover hacia este género.
Momento memorable para recordar, la del tema El Anillo, uno de los grandes éxitos de Héctor Acosta, interpretado de manera alternada con Mirian Cruz para poniendo al público "de remate".
Un cierre apoteósico con las dos orquestas juntas en el escenario.
Si por música era, la hubo “por un tubo y siete llaves”
Se demostró que con el merengue lo que se necesita es crear motivaciones frescas y diferentes para el público. Que contrario a la frialdad y a la indiferencia con que ha sido tratado en otros eventos multitudinarios, esta vez la respuesta estuvo a pedir de boca con Mirian Cruz y Héctor Acosta, poniendo de manifiesta la capacidad excitante y motivadora del género.
Daddy Yankee demostró que es el "Big Boss" del público en el escenario
Si hay un artista de los que acoge en su cartelera el festival que tiene una fanaticada y audiencia asegurada ese es Daddy Yankee.
Increíble los niveles de efervescencia que es capaz de lograr este artista del gènero urbano que anoche fue ovacionado hasta rabiar por la amplia concurencia que llenaba el estadio.
Desde que arrancó con "La Gasolina", el tema que lo catapultó hacia la fama las vibraciones no se detuvieron en ningún momento, crteando un contagio colectivo.
No hay duda de que el reguetonero puertorriqueño es una máquina creada para generar emociones, y la de anoche no fue la excepción.
Por un lado, su amplio repertorio de éxitos que le crean una identidad asegurada con el público, y por otro su carisma, su ligereza y fracilidad para generar empatía con la gente.
Anoche evidenció que sigue siendo un "verdugo" del género en un escenario, donde todo lo que hizo le salió bien.
Con el juego de los celulares montó hasta una producción, para que no le suceda lo de una ocasión anterior en el mismo festival, que cuando le pidió al público que encendieran sus celulares, ya Eddy Herrera le había quemado el recurso pidiendo lo mismo en una actiación que le precedía.
La actuación donde el público estuvo más tranquilo fue la de Prince Royce, por razones obvias, con sus bachatas entre tantos géneros musicales electrizantes. Aún así el joven artista se entregó a un concierto muy bien articulado en base a los recursos que le posibilita el género, demostrando a la vez que como artista es una estrella en el escenario.
Grandes momentos de emoción detonadores del sentimiento al momento de interpretar sus grandes éxitos, coreados por la gran masa concentrada en el terreno y las graderías del estadio.
A Bruno Mars le tocó el cierre del evento en un montaje espectacular, a partir de un viaje hacia el pasado, recreando con imágenes musicales retro la música acaramelada de los años 50 y 60.
Al margen de sus grandes éxitos musicales del presente, los que vivimos los años dorados del rock, con toda su intensidad y esencia, disfrutamos con gran fruición el montaje de este singular artista que tanto gusta a la juventud.
Bien pasada la media noche la gente se mantenía en su lugar.
Se trataba de la actuación de un artista que nadie prevé cuando tendrá la oportunidad de volver a verlo.
La verdad hay que decirla daddy yankee es muy fuerte en el escenario.
ResponderEliminar1787.
Ya Yankee ta viejo y cansao, esa presentacion no se compara con la de hace 10 anios atras.
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