Mi coluna de hoy

Un estudio de grabación para proyectar nuestra cultura

Considero atinada la decisión del Ministerio de Cultura de adquirir el estudio de grabación del maestro Jorge Tavaeras, que se encontraba en desuso, y que ahora servirá para el rescate y el fomento de la música vernácula dominicana, como es el caso de la mangulina, la salve, la criolla y el carabiné, géneros estos ya olvidados.

Al punto de que si hace el ejercicio de preguntarle a la juventud sobre los mismos, nadie sabe ni los conoce.

Si instituciones como el Ministerio de Cultura no lo hacen, no es verdad que ninguna casa disquera comercial ni entidad  otra alguna lo haría.

Ahí es que precisamente importa y vale la intervención del estado, que en cualquier   parte del mundo debe procurar preservar los valores y el patrimonio cultural de una nación.

Y qué bueno que el ministro de Cultura José Antonio Rodríguez ha tomado esa iniciativa.

De hecho, ya tienen el álbum  como lo es “Don Pueblo Mir”, musicalizado por Juan Luis Guerra. !Juan Luis Guerra!,  ¿leyeron?. 

“La cultura no es de algunos, es de todos”, ha sentenciado el ministro, quien desarrolla una labor con un desempeño como nunca antes se había hecho en el Ministerio de Cultura, abriéndose hacia los pueblos, sacando los museos  de  la condición de recintos para  el almacenamiento de piezas, y despojándolos de su olor a moho.

De igual manera el plan de construcción de escuela en las provincias para la enseñanza de diferentes disciplinas artísticas.

Importante es que José Antonio haya reconocido el aporte de los líderes del merengue que en sus respectivos pueblos han establecido escuelas de música por su cuenta, como es el caso de Kinito Méndez, Sergio Vargas, Henry Hierro y Héctor Acosta “El Torito”.

Todos ellos están haciendo un gran aporte con esas escuelas que sostienen y financian por cuenta propia, y sería bueno que la iniciativa se replicara en todos los demás pueblos del país.

Estamos con José Antonio, con su gestión, por su visión amplia del desarrollo del arte y la cultura en el seno del pueblo.