Joseph Cáceres

Un venao gringo le escribe al Chivo de Merengala

Traducción: Orlando Holguín

Querido primo, desde Wyoming, Estados Unidos, le escribe este venao primo cuarto suyo. 

No me considere un familiar lejano, pues el dominicano tiene hasta primo décimo quinto, sobre todo si alguien se quiere pegar de una persona con billetes. 

Así que no dude usted que el dueño de esta página, para darse linaje, diga que es primo quincuagésimo de don Núñez de Cáceres y de Mon Cáceres. 

Le hago saber que para poder escribirle tuve que buscar quien me tradujera esta carta y lo que me motivó a enviarle estos párrafos fue ver en Merengala cómo una cabra española se regó y acabó con el sistema político español. 

Bueno, pues como puede ver, primo, yo soy un venado  muy bien comío, nada de plátanos, lo mío es yerba convertida en corn flakes. Vivo en un lugar donde nadie nos coge como chivo expiatorio, mucho menos de pendejos y no nos falta el respeto, como ocurre allá. 

Aquí, si tenemos que cruzar la calle con la familia completa, los conductores tienen que pararse, porque el que mata un venao o cualquier otro animal es como si matara una persona. 

No como allá, que los primeros que se cruzan en rojo son los militares y los policías de cabo hacia arriba. 

Ahora bien, hay muchos hombres en este bonito estado de Wyoming que no quieren saber de nosotros, gracias al hermano Ramón Orlando, que sacó un tema dizque El Venao y eso sonó por todas partes. 

Ustedes los latinos nada más hablan de cuernos, porque los pegan y se los pegan. ¡Arderán todos en el aceite del infierno!.

Por otro lado, mi privo chivo, le cuento que con el bajón que ha dado el petróleo, aquí las gasolinas sí que han bajado. Y le aclaro: la que allá les venden a ustedes como premium, no dude que aquí sea la de tercera categoría aquí, pues tenemos tres tipos. 

Rogamos a Dios que nos libre de vivir lo que ustedes viven todos los viernes, sin saber si las van a bajar, a subir o si las van a meter en un freezer como si fueran un helado. 

Por otro parte, le cuento, mi primo chivulo, que vi en Youtube a un merenguero que se llama Silvio Mora cantándole a un pavo y me reí muchísimos. Me doy cuenta que allá quedan pocos animales a los que no se les haya cantado, desde el piojo hasta el saltacocote. Solo falta que alguien le cante al jiede vivo, al mime y a la jibijoa. 

Con la dichosa canción del pavo, aquí todos los venaítos están haciendo esa  morisqueta de que “¡llegó el pavo!”. 

En otro tenor, chivito dominicano, le cuento que dizque Jennifer López está muy estresada, ha rebajado muchas libres y está que no quiere salir de su nuevo apartamento. 

Además me enteré que La Diva del Bronx está en búsqueda de los mejores abogados de Estados Unidos. Todo eso, primo, debido a que está asustada por la demanda que le podría venir de parte de una artista de allá de nombre La Materialista, que dice que ella JLo le copió las chapas que vibran. Uno de los abogados le preguntó: ¿Tú le cogiste las chapas prestadas a la criollita, o esas son tuyas de tu propiedad? 

Al ella responderle que son suyas y que no fueron hechas en Silicon Valley, el abogado le dijo: Tú tranquila, que eso es para ella sonar.

Mi primo, y como allá dizque a cualquiera lo nombran en el cuerpo diplomático y por eso su país está jodío, pues los haitianos le llevan la milla en materia de diplomacia y viven “colocándoselo” frío, mire a ver si a usted lo nombran cónsul aquí en Wyoming, así viene con toda la familia, le pagan todo, vive bien, sin tener que trabajar mucho y bebiendo buenos vinos, como dicen que hacen muchos que cuando estaban llevándoselo quien los trajo no bebían ni mabí. 

Primo lo dejo, y cuídese de esas chivas chapeadoras y mega chivas, que lo dejan hasta sin los cuernos y se dice que son capaces de quebrar hasta a un Grandes Ligas de esos que creen que los contratos son eternos.

Postdata: Primo, hágase respetar y no deje que Joseph lo llame “chivito jarto ‘e jobo”, ni que lo compare con el buenón de “Chapita”, es mejor que lo compare con Michel El Buenón, y va en coche. 

También, haga una denuncia en la Comisión Interamericana de los Derechos y los Zurdos Cabrunos”, que tiene al país casi cogío por el pichirrí, para que prohíban terminantemente, el relajito ese de que, una persona le dice a otra: A que tú no le llamas al puerco como yo le llamo al chivo. Chivo chivulo, puerco… 

Lo dejo, primo, que tengo que atender a la venada, ya que si no lo hago, después me cantan: El venao, el venao, y para cuernos está bueno, porque vengo con ellos de nacimiento, pero por lo menos lo sé, mientras que hay muchos que los tienen y nunca se entera.