LA NOTICIA Y SU PESPUNTE

Durante el pasado fin de semana la Procuraduría General de la República, en coordinación con el Ministerio de Interior y Policía, realizó decenas de allanamientos en diversos puntos del país en busca de armas largas que según informes de inteligencia fueron introducidas de manera ilegal al país por grupos criminales.

En esos mismos operativos se ha intentado localizar al acusado de narcotráfico Pascual Cabrera Martínez (El Chino), prófugo desde hace más de un mes, y del que se sospecha estuvo durante el fin de semana en la zona de San Cristóbal.

El sábado pasado se realizaron unos 30 allanamientos de manera simultánea en distintos puntos, incluyendo uno en la terraza El Viajero, en San Cristóbal, justo cuando se amenizaba una presentación del bachatero Anthony Santos, el merenguero Fernando Villalona y la merenguera típica “Fefita la Grande”.

El realizado en ese lugar fue el más espectacular, ya que acudieron cerca de un centenar de agentes policiales con tres representantes del Ministerio Público, pues se tenía el convencimiento de que allí estaba junto a varios de sus cómplices pasándose como un lugareño que disfrutaba de la fiesta.

Los representantes del Ministerio Público que acudieron al lugar estaban encabezados por el propio procurador general Adjunto Contra Lavado de Activos, Germán Villalona, que es quien dirige las investigaciones en contra de “el Chino”, así como las que relativas a Pascual Cordero Martínez y Winston Rizik Rodríguez, acusados de ser importantes y violentos narcotraficantes con gran influencia en la región Este del país.

El amplio despliegue se montó también en busca de armas largas que habrían sido introducidas al país por grupos de narcotraficantes y se sospecha que varias de ellas están en manos de personeros de “el Chino”, quien está prófugo, y a quien también se le sindica como vinculado a Pascual Cabrera Ruiz, tenido como un violento capo de la droga de la región Este.

Con tantas historias y cuentos buenos que hay, para que entonces le vengan a uno con cuentos de vaqueros.

¡Por Dios!.. Preferiría un cuento chino, o el cuento del Gato con Botas, y no ese cuento bobo para pendejos de las autoridades del Misterio Público.

Si, porque será siempre un "misterio público" lo que llevó a esos fiscales y agentes policiales a practicar un allanamiento tan aparatoso y vergonzoso como hicieron en El Viajero de San Cristobal.

Dizque andaban detrás de un contrabando de armas largas, como si un cargamento así lo iban a llevar a una fiesta en el Viajero de San Cristobal.

Y si como dicen también andaban detrás de un tal Chino,  el allanar un establecimiento de baile  de la manera tan aparatosa en que se hizo no era el método adecuado, con tantos agentes encubiertos que hay hasta como camareros en los restaurantes y lugares de esparcimiento. Que se dejen de cuentos, que detrás de todo eso había la intención de hacer daño.

Para apresar un delicuente prófugo no hay que hacer tanto bulto, vuelvemos a decir.  

Hay procedimientos discrecionales más efectivos, y si se descartan y se prefiere el aparataje es para que el bulto se vea. No llamemos a engaño, que estuvo friamente calculado.

Y son de las cosas que han hundido en el descrédito y la desconfianza al Misterio Público, donde ya se ha visto que algunos de sus representantes colocan armas y droga  a la gente para apresarlos, y algunos están envueltos en las redes de los narcotraficantes.

Los tales allanamientos dejan mucho qué pensar, pues aquí nadie es tonto.

Igual sucede cuando van a los moteles y sacan a la calle a hombres y mujeres casi desnudos.

No son métodos civilizados, propios de una nación donde ciertos gobernantes han dicho que hemos avanzado mucho en la era tecnológica y en el proceso para convertirnos en un Nueva York Chiquito....

Algo que no se lo cree ni la Chiquito Team Band.

Ahora bien, tampoco creemos correcto el estar especulando y buscando culpables, como de manera irresponsable algunos han hecho.

Las causas, los motivos, y las razones, están ocultas y solo las conocen las autoridades del Misterio Público.