¡Atención merengueros!

Rutinas de animación

Algunos que tienen orquesta, pero que no saben del negocioo carecen de criterio,  piensan que con sólo montar un buen repertorio cuentan ya con la herramienta necesaria para hacerse potable al público.
Desconocen eso que se llama rutina de animación, que viene siendo un "plus" necesario  en una agrupación musical , porque le permite  en gran medida romper con la monotía y animar a la gente.

Tras una decena de temas  tocados para  que la gente baile o vea la orquesta, si se trata de un concierto, es necesario interactuar con la gente, "meterle mecha al público".

Ahí es que se brega la rutina de animación...
El papá de ese recurso lo fue Johnny Ventura con El Combo Show, en aquellos tiempos  de Florimán, con su "por aquí pasó, Floriman".

La tiradera entre Johnny con Anthony Rios cuando era cantante del Combo Show.
La lloradera de Luisito Martí "El llorón", como parte del show, que fue lo que precisamente le permitió luego emerger de ahí como un popular comediante.
Pablito Barriga con su guira...

De igual manera Cuco Valoy aprovechó muy bien su caracter de El Brujo para montar unas rutinas inolvidables con ese personaje en medio de sus actuaciones.

Wilfrido en una ocasión en Nueva York, durante un carnaval del merengue, nos confesó que le temía a Johnny Ventura y a Cuco Valoy con sus rutinas que levantaban al público.
Nos decía que no podía competir con ellos, tirándose en el piso, o montándose en un ser con un palo rojo en la cabeza como hacía Cuco.
Se le olvidaba que se disfraza de árabe, en sus inicios en el Casbah
Sin embargo, Wilfrido tenía su rutina, como era aquella de "Arriba la mano", "hagan una bulla", "agáchate", que luego  fue copiada por otras orquestas, que de tanto usarla la han quemado, a un punto tal que ya la gente no responde a sus mandatos.

Pero bien, las rutinas se mantienen como parte de la oferta.
Solo que algunos se manifiestan muy pobres, pues creen que con pedirle al público un "levanten las manos", o "una bulla las mujeres", ya se la están comiendo, sin parar mientes en que se trata de un recurso pendejo.

Lo peor es cuando abusan, y se pasan todo el set pidiendole a la gente que levanten la mano, como si fuera un asalto.
Una rutina que nos gustó fue la que vimos del conjunto Quisqueya en un baile en el hotel Sheraton el domingo.
El famoso trencito en el cual se montaron hasta políticos y funcionarios del gobierrno que allí estaban.

La de Bonny Cepeda con su "wao", y el juego de tirarse entre ellos la tambora, también es simpática, pero no aguanta mucho, por ser una de esas rutinas degastables.
ElTorito tiene también su rutina, que es la que motiva a la gente con los equpos de la pelota criolla.
El problrema está en que cuando pasa la temporada  ya no tiene sentido.

Como pueden ver, las rutinas son necesarias e importantes como parte de la animación para motivar a la gente, sobre todo cuando se trata de conciertos, y no un baile formal.
Con las mismas sin embargo, hay que ser creativo, y de eso está faltando mucho, pues hay gente haciendo más de lo mismo, o repitiendo lo que otros hacen.

Pensar nuevos recursos no estaría de más.
No hay que olvidar el hecho de que parte de los problemas de aceptación que ha tenido el merengue en los últimos tiempos, se debe a la fosilización de algunos merengueros que e han quedado detenidos en el tiempo, en una época donde predomina una juventud que vuela, sin tener alas.