Cuando la pobreza es una virtud y la riqueza y superación un oprobio

Ricos y pobres…

A final de cuentas, ¿a quién las palomas ensucian más?

A la que gente que se ha desarrollado ampliamente  en el plano educativo y cultural le resulta difícil convivir, congeniar y socializar con aquellos de una formación carenciada y de un nivel económico precario.

No es fácil el apareamiento con la gente de abajo, no por su pobreza, sino por el hecho de que contrario a lo que se pudiera creer, son ellos los que rechazan aquello que exprese los estilos del buen vivir.

Algunos lo hacen por ignorancia, pero otros por resabios sociales y complejos, hasta cierto punto comprensibles, pero no siempre válidos.

Si el amigo adinerado  va a visitar a su ex compañero de estudios pobre de Sabama Perdida en su Mercedes del año, en vez de verlo como un gresto de humildad, los vecinos dirán que se está burlando de la pobreza de quienes viven en el barrio, y hasta su pedrada le pueden lanzar o se lo rayan.

Si habla correctamente dirán que "priva en fino",  que parece un "curita" hablando con todas  las "s" o en el peor de los casos,  que es medio "apajareado"... que en el barrio que visita nadie habla así. Que la manera correcta de hablar  es como Omega o El Mayol Clásico, y hasta le dirán que es un "desfasado".

Si lo invita a un restaurante de carnes, donde hay filetes y rib-eye angus, argumentarán entonces que no se conduele de  los que no tienen qué comer, como si fuera él culpable de esa situación.
En el peor de los casos le pueden rechazar el plato, como la candidata a Miss República Dominicana, que devolvió un "angus" por ser muy blandito, acostumbrada como estaba a las carnes duras, a los llamados "filetes" de los restaurantes barriales o de pobres, que no son más que carne machacada a tablazos limpios.
Muy bonita la muchacha, pero con una cultura gastronómica terrible, cuyos límites eran el arroz, habichuela  y carne, la llamada "bandera dominicana".

Y así no se puede progresar como dice Ñonguito...

En la conversación no menciones que te fuiste a esperar el año nuevo con la familia a un "resort", porque aparte del clásico "cómo vivirán los pobres" pudieras encontrarte con otros cuestionamiento indeseados, donde pudiera salir a relucir hasta la fortuna de Félix Bautista, que se ha convertido en una especie de rasero para medir a todo el mundo, como si fuera un delito tener dinero. ¡Claro, siempre y cuando sea otro el que lo tenga y no ellos!

Revelar gusto por la música de los clásicos, desde la óptica y el ambiente del barrio puede considerarse una provocación y un echavaineo, porque ¿a qué viene hablar de Chaikovskisi en una casa donde lo que está sonando en el radio es un dembow, y en la del lado una salsa de Yiyo Sarante.?. Se olvidó de que no está en su ambiente, y metió la pata.

No es que desprecies a la gente pobre ni rehuyas de ella, pero debes tener presente que no estás navegando en tus aguas.

Pedirte que desciendas y te coloques a su nivel dizque para no hacerlos sentir mal, nunca lo hagas, porque serías inauténtico.

Déjale eso a los políticos que cada 4 años van a los barrios, pero a hacer campaña besando viejas sin dientes, y cagando niños barrigones desnudos.
Y para que veas que tan ficticios son, que solo pasan en marcha caravana...

En el mundo al revés en que vivimos, tener cultura y vivir bien, es malo para los desabrochados, que paradójicamente han logrado hacer de ello un axioma, en una inversión de conceptos y de valores para los cuales hay que estar preparados.

Lo curioso es que esos mismos que aborrecen a los que se superan, se convierten en los peores verdugos de los pobres, cuando "por obra y gracia del espíritu santo" se convierten en ricos, y de andar en chancletas, pasan a transportarse en "jeepetas"