Joseph Cáceres

ESPECTACULOS PUBLICOS Y RADIOFONIA, EL GOBIERNO: RESPONSABLES DE LOS ACTOS DE VIOLENCIA Y DESENFRENO DE LA JUVENTUD,DE LOS NIÑOS, DE LA FAMILIA DOMINICANA

Por Frantoni Santana

La libertad o libertinaje permitida en los medios de comunicación de la República Dominicana a través de la música, de obras musicales, nacionales y extranjeras, a través del micrófono, radiodifusoras y televisoras, desde años olvidados y descuidos inmerecidos, desde la Comisión de Espectáculos Públicos QUE NO HACE NI SABE HACER ALGO QUE SEA NOTABLE (que no le duele el lamento del pudor de la moral  de la familia dominicana), desde los gobiernos que hemos tenido y nos gobiernan, pareciera un asunto de poco interés para la nación, para los que tienen en su poder la fuerza de corregir al compás de la ley, de la educación, por deber, convicción u obligación, la expresión sin freno que se difunde, que se transmite a la juventud, a la familia, a los niños, sin que se tome alguna medida eficaz.

Si hacemos un análisis sobre el comportamiento de los niños, de los jóvenes pertenecientes a la última década, para citar un tiempo; si verificamos el proceso de libertad sin control que han tenido las expresiones por todo medio de comunicación, la calidad, la creatividad, lo vulgar del discurso del idioma y la tergiversación de la moral, confirmaremos que el Estado Dominicano ha sido el responsables de que lo insulso, lo inmoral, lo desconsiderado e irrespetuoso, lo servil y atropellante, a través de la música, el micrófono y los medios radiales y audiovisuales, se haga moda y expanda y llegue al oído del pueblo dominicano tal y como si fuera una necesidad que, de tanto ser cantaleteada, permitida, sin reparo, ha logrado calar, de manera estúpida, torva e ineficaz en la mente, conocimiento y creencia de los más débiles de espíritu, de aquellos que requerían y hoy requieren de una luz que los ilumine en la oscuridad donde están sumidos. 

Y no se trata sólo de la música urbana, o de la música que fuere, sino que en esto intervienen otros elementos, pues no se evalúa el intelecto, los espacios audiovisuales, los programas de radio, el discurso, la dicción, ni se exigen niveles creativos apropiados, capaces de educar en cada acción y canción, en toda expresión que muestre.

La embestida perniciosa de los medios de comunicación, sin control, de lo que es absolutamente responsable, reitero, el Estado, el gobierno y Espectáculos Públicos y Radiofonía, el Congreso de la República y todos los que han tenido la oportunidad de hacer algo y no lo han hecho, ha creado ídolos de barro: "actos indecorosos, hombres creídos, mujeres vanas y exhibicionistas, vicios, ideas absurdas, criterios errados y provocadores, falsas esperanzas", elementos humanos o individuos que se mueven afanosos, ostentando una falsa sabiduría y talento simulado, incapaz de seducir el bien  y de sembrar una buena semilla: actos, triste "teatro" que aunque pervive languidece y es imitado por los pequeños, por los débiles, por los que carecen de un espacio y sueñan con soñar en paz en un entorno seguro, pues creen que lo que escuchan y miran es lo correcto, lo indicado, como es el caso de los niños, lo que pude  comprobar en estos días, alarmado.

Esta libertad desenfrenada, provenida de los medios mencionados, permitida por el Estado indolente, ha contribuido al crecimiento de la delincuencia, a las acciones de violencias que se suscitan cada momento, pues es claro que los valores de la familia, de la educación, de los jóvenes y niños, del desarrollo espiritual cabal, basado en las escrituras sagradas, no están en la agenda de nuestros líderes, por tanto, ellos son responsables de lo que señalamos.

Y es que las expresiones no morales se permiten y aplauden; se invierte en ella, sin que nada ni nadie sea capaz de ponerse los pantalones de hombre.

No es posible que funcionarios y gobernantes se hagan de la vista gorda y pretendan quedar bien con todo el mundo, como parece ser política de los gobiernos. Nadie puede convivir con el bien y el mal entre casa. No se puede complacer a sectores y amigos en desmedro del bien y de las buenas costumbres, en perjuicio del respeto a la integridad de los jóvenes, de las familias, como se hace en la actualidad.

No es coherente que aún se permita, a cuenta de que se espera por la aprobación de un proyecto de ley, que lo inmoral, la indecencia, la mala costumbre y los mensajes inadecuados, lo inadmisible, los espacios o programas carentes de un contenido cultural, educativo, aunque sean de entretenimiento, jueguen, se burlen de la decencia y tuerzan la razón, haciendo del conocimiento verdadero un escenario donde el irrespeto es celebrado como si fuera un doctorado. 

Desde esa realidad no nos debe sorprender entonces las acciones criminales, diarias, sus actores,  que ensombrecen a la nación, que parecen gobernar por encima de los gobernantes. 

No es posible que esto siga aconteciendo en el Gobierno de Danilo Medina, y que él, como Presidente no levante la mirada y escuche, pues pareciera no tener asesores que perciban la situación que señalamos, que persiste. No es de sabio hacer nombramientos de amigos o caballeros educados, pero pertenecientes al mismo sector de los medios de comunicación: amigos de todos los que directa o indirectamente incurren en las faltas. Es inaceptable el silencio, la inactividad, el ignorar el mal, el no hacer nada, el callar, el pretender hacer creer que se hace.

No sólo se ha contribuido, desde el Estado, con la violencia intrafamiliar, contra la mujer, sino que más aún, se han incentivados los falso valores: la droga, el crimen, la falta de respeto, lo antinatural en el hombre y la mujer, al punto de quizás pretender que el matrimonio entre hombre sea algo normal, permitiéndose, de forma grotesca, que el mal sea maestro, que lo maligno sea luz, que lo oscuro sea el camino.

Y no estamos en contra de la modernidad, de la evolución del pensamiento, de la creatividad de la música, de los hombres del micrófono que utilizan el idioma como una herramienta de poder para educar y comunicar;   no criticamos a los que andan con luz aun en pleno día, a los que bordean lo correcto, a éste o aquél, pero sí al Gobierno. Compartimos con ánimo y placer la novedad del tiempo y su entorno, las expresiones lingüísticas, la innovación creativa, armónica y literaria en la música, cualquiera sea esta, en especial la urbana, en todos sus estilos, más no su lenguaje cuando atenta contra la razón de los sanos valores.

Creemos que el lenguaje debe de ser respetado y difundido con la esencia del buen decir, dentro de las reglas y el sutil esmero conque debe ser tratado el  idioma: la familia,  la buena costumbre, para que no se llegue a expresar ante un micrófono o por medio de una canción, situaciones que parecieren privadas o que sólo podrían ser admitidas en un ámbito distinto al de un medio público. El que esgrime la palabra como instrumento verás ante un medio de comunicación masivo, como es, debe de ser sino un verdadero maestro de la palabra, por lo menos, mínimamente, cuidadoso y consciente de lo que lleva entre manos,  aunque su lenguaje sea moderno o arcaico. Y esto incluye a los programas de televisión, a muchos, a sus presentadores, a muchos, a los que participan en ellos, pues al ver lo que expresan y producen, incitan a que el televidente, el  radiooyente, cambie de canal o se traslade a canales extranjeros donde sí existe el respeto a los valores, donde hallamos la cultura que hace falta a nuestro país.

El Gobierno tiene la obligación de corregir el mal, de actuar, pero parece que por motivos políticos no se atreve. Esto quiere decir que ¿para el Gobierno es más importante el partidarismo, los amigos y compromisos que el futuro sano de la patria? Y pareciera que, a pesar de los pasos dado por el Presidente Medina, el incentivo o inversión en la educación, aun con las importantes construcciones de edificaciones escolares que se hacen, mas la tanda extendidas, se pensaría que se hace poco, que prevalece el olvido del mal que destruye, que se hace fuerte la libertad desmedida, inmoral, y se sigue creando, permitiendo monstruos y hombres fallidos que tienen los pies de barro, hombres dispuestos a obedecer a la voz del mal que le ha producido y alimentado erradamente. Y es que si se educa, desde las escuelas y los medios de comunicación, ATENCION: desde los medios de COMUNICACION, en vez de monstruos, de violencias, tendríamos hombres creativos, sanos, trabajadores, soldados de moral incuestionables, de acciones ejemplares que lucharían por un país diferente a lo que hasta ahora somos.

Danilo Medina ha mostrado luces, mas la oscuridad persiste y entorpece el camino.

Una mirada a lo que refiero, de parte del Presidente de la República es necesaria por el bienestar de todos.