lunes, 5 de enero de 2015

La Gente Común
Por Luis Fernández
La gente común es buena, es sana y es comprensiva
aunque a nadie al fin le cuente sus dolores y penurias,
sus achaques y desfavores, sus penas y alegrías.
La gente común es siempre bondadosa y solidaria
con el familiar cercano, el amigo o el vecino,
sin esperar nada a cambio, sin saber de otro destino.
La gente común es sabia, es fuerte y  es consagrada,
no le teme al mentiroso ni al tipo que desagrada.
La gente común anhela una sonrisa, un abrazo,
un amigo o un buen vecino, un ente más solidario.
Nunca pretende de otros su dinero o buena fama
ni robarle una mirada ni anular su carcajada.
La gente común se irrita solo cuando oye basura
de familiares o amigos que desprecian la cultura,
que viven metiendo cuñas, mintiendo con sabrosura.

La gente común aspira que todos nos comportemos
como seres racionales  que las desgracias evitemos,
que seamos siempre humanos y el dolor lo recordemos,
que a nadie agua o un pan, a nadie se lo neguemos.
La gente común es fiel a los mandatos de Dios,
esos que dicen tan claro que el amor lo puede todo.
Tú, Yo y los demás que en la tierra ya vivimos
somos esa gente común que a veces nos redimimos,
que anhelamos  hacer el bien por entenderlo divino,
que rechazamos el mal por ser contrario al destino.
La gente común aspira que haya paz, besos y gloria
por los siglos de los siglos, mientras se escriba la historia.

4-1-15

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