La opinión de uno de nuestros lectores

El Dicanazo: Otro escándalo más que envuelve a las megadivas o chapiadoras

Por Carlos Manuel Ciriaco

Es lamentable, muy lamentable, que en los últimos años, diría yo, desde que a un reconocido estratega en mercadeo, se lo ocurrió la brillante idea de clasificar a un grupo de mujeres de los medios de comunicación como Megadivas, con fines de comercializar una campaña promocional, provocando con esto que desde entonces y quizás sin imaginarse y sin tener la más mínima idea, que más que vender un producto (no me refiero a las mujeres, sino, a la campaña comercial) que por cierto mucho impacto tuvo,  a través del tiempo, a las mujeres que trabajan en los medios de comunicación, sobretodo de la televisión dominicana, ese sobrenombre sería como una maldición para las mismas.

Tanto así, que hoy en día muchas de ellas no les gusta que las llamen megadivas, aunque otras, como por ejemplo la Diva, sin el Mega, Milagros Germán, le ha sacado tremendo partido al sobrenombre con el que se les llama a las mujeres con su personalidad y porte. En el caso de Milagros Germán específicamente, el uso que ella le ha dado y, digo el uso que le ha dado a ese sobrenombre, porque ella permite que le llamen así sin ofenderse, ha sido en buena lid y para sacarle provecho comercial en su programa de televisión y por ende de manera personal, dije comercial, como figura de la televisión, sin embargo no sucede así en los demás casos, con honrosas excepciones, porque no le han dado el mismo uso que la diva, Milagros Germán.

Hoy, ese sobrenombre de megadivas ha roto todos los esquemas y ha transcendido más allá del concepto para el que fue creado originalmente, hasta el punto de como bien dije anteriormente, muchas de esas mujeres para y por el que fue creado y que le dieron origen a ese "mote", valga la redundancia, nos les gusta que le llamen así, porque el mismo (desde mi punto de vista) se ha extrapolado para ahora llamarseles: Chapiadoras.

Las primeras y originales Megadivas

Respecto a este último sobrenombre o mote, se han hecho muchísimas conjeturas, todo por el hecho de que muchas, por no decir todas las mujeres de la televisión dominicana, se han dedicado a alcanzar una posición dentro de los espacios televisivos, para con ello, venderse al mejor postor y poder tener un estilo de vida que de otra manera no podrían alcanzar, todo por el hecho de que siendo “chapiadoras” no es mucho el esfuerzo que tienen que hacer para obtener lo que quieren, sólo "romper brazos" para llegar a un programa de televisión, tengan o no preparación para ello, pero sí buen culo (en España esta palabra es permitida sin ningún tipo de recriminación contra la persona que la utiliza, para que no me crucifiquen lo moralistas) buenas tetas, nada de cerebro y por supuesto poca o ninguna preparación, utilizando dichos programas como plataforma para venderse. Y más si el programa para el que trabajan se origina en una planta televisora como es Telemicro, pero no por ser Telemicro responsable de esto, sino, porque es la planta televisora que mejor alcance tiene dentro y fuera de la República Dominicana. Es por esa razón que hoy por hoy en nuestro país, usted no ve o lee una información o noticia donde se hable de corrupción, drogas, negocios sucios o de cualquier otro escándalo de violación a las leyes legales y normas morales que no esté involucrada una de las mujeres del medio farandulezco que caen dentro del rango de chapiadoras.

Ha calado tanto el comportamiento de las chapiadoras, que las mujeres que se dedican al ejercicio del chapeo, han hecho de ello un estilo de vida que ha llegado tan lejos que es un modelo negativo a seguir en todos los ámbitos. Tanto así que usted ve niñas, adolescente y jóvenes mujeres pensando en que todo estará resuelto para ellas si se consiguen un tipo o templo como se les llama en el medio en que el que se desenvuelven, que las patrocine para de esa manera tener la forma de vida que estudiando, trabajando y esforzándose, no van a conseguir, por lo menos no tan rápido como si se dedicaran a ser chapiadoras. Es por eso que ahora usted ve que cuando una de esas mujeres, porque repito no son todas las que están, ni están todas las que son, se les tilda de chapiadoras son capaces de hasta "romperle el cuello" a cualquiera por llamarlas o tildarlas de esa forma. Aunque a otras por su falta de valores y formación moral, ética y profesional, les importa un comino que las llamen o tilden de esa forma, siempre y cuando estén logrando y alcanzando su objetivo.

¿Qué han existido influencias para que hoy existan las chapiadoras en nuestro país?

¡Claro que sí! Colombia es un referente de ello. ¿Por qué?...Bueno, porque lamentablemente es en ese país, por lo menos desde mi punto de vista, que ha surgido el hecho de que las mujeres quieran alcanzar el paraíso con sus tetas, pero ¿Para qué?.....Pues para poder encontrar ese paraíso que le brindan los narcotraficantes con el dinero sucio que obtienen de sus negocios ilícitos.

Ese estilo de vida que llevan las chapiadoras y que hoy nos acompaña en nuestra sociedad, yo me atrevería a decir (aunque se lea muy pretencioso de mi parte) es digno de hacerle un estudio sociológico y tratar de hacer una campaña publicitaria de concientización para evitar que nuestras niñas y adolescentes entiendan que esa no es la vía idónea para alcanzar el éxito y reconocimiento dentro de la sociedad. Repito, sé que se puede leer muy o demasiado pretencioso de mi parte, pero es muy lamentable lo que está ocurriendo respecto a ese tema de las chapiadoras, que yo me atrevo a decir y voy más allá y pienso que todo el mundo lo sabe, que eso no es más que un nuevo estilo de prostitución al más bajo, medio o alto nivel, siempre dependiendo del bolsillo del hombre que esté dispuesto a pagar por el placer de estar con una de estas mujeres.

¡Ojalá¡ y alguien con un buen criterio del buen comportamiento moral con el que debemos conducirnos, lea esta opinión nuestra y le de un buen uso y emprenda una campaña de adecentamiento en la televisión dominicana y con ello se trate de “sacar” la idea de la cabeza de muchas mujeres que ven la televisión como un medio para colarse y sacar provecho de ella siendo y convirtiéndose en chapiadora, porque de lo contrario, ser chapiadora en nuestro país, se convertirá en una de las profesiones más y mejor valoradas, por supuesto de manera negativa para nuestra sociedad.

Es posible que me tilden de iluso respecto a mi planteamiento, pero como como Padre, creo que aún algo se puede hacer por nuestra sociedad, aunque cueste mucho esfuerzo, empeño, dedicación y trabajo.