Sin ego, no pego...

El ego en los artistas

Wilfrido Vargas, en el momento de mayor apogeo de su actuación en una tarima o programa de televisión, creaba  una especie de "disturbio" o "ruido visual", friamente calculado, en los momentos estelares de los cantantes de su orquesta.

Y muchos se preguntaban, ¿por qué Wilfrido cuando sus cantantes estaban actuando al frente de su orquesta, se pasea de un lado a otro, saltando, blandiendo el flugelhorn en una mano, y haciendo movimientos frenéticos, al dirigir su orquesta?.

¿Te volviste loco, Wilfrido?, como dice "El Loco y la Luna".
No señor, ningún loco...La exageración escénica mientras Eddy Herrera, Rubby Pérez y cualquier otro estaba cantando, no era más que un recurso para llamar la atención. Para que la gente lo viera, y no pasar desapercibido como un músico más.

El ego artístico en su máxima expresión, sobredimensionando  su figura para hacer notar su presencia, pues teniendo al frente de la agrupación a cantantes tan potentes resultaba él opacado siendo el dueño de la orquesta.

Quería dejar bien claro "quién es el que corta el bacalao"

¿Malo o bueno?. Diría que bueno a los fines del artista.

El ego  viene a ser una especie de "motor de arranque" que mueve toda la maquinaria del artista, lo impulsa, y lo lleva a defender su territorio.

La carencia de ego se traduce en sumisión y genera complejos

Aunque claro está, hay que aprender a manejarlo, para no exacerbarse, lo que pudiera producir situaciones catastróficas. 

¿Es Wilfrido el único al cual,  como el iceberg, le aflora la punta del ego?

¿Con gente a su lado como Los Kenton?. ¡Eso era antes, núnca ahora!. Que cada quien busque su seto...

Fernando Villalona, así como lo ven, impone sus reglas en su orquesta, y cuidado con alguien querer sobresalir.
Los del coro tienen que estar a un  lado, o detrás, en su rol de coristas, cuidandose de no buscar algún tipo de protagonismo, algo que nadie advierte, pero que nos han testimoniado quienes trabajan con él. ¡Jodón como él solo!.
Detrás de la imagen de humildad y sencillez que vende, hay un soldado romano "de capa y espada" defendiendo su espacio cuando sube o está en un escenario...

Pero a lo mejor creen que Juan Luis Guerra, con su "sacrosanta imagen",  de que está por encima del bien y del mal, no tiene también su "surrapa".

En el grupo 4-40  la cantante principal era Maridalia Hernández, y como recordarán, los cuatro integrantes  actuaban alineados en el frente, y aun siendo Juan Luis el líder, asumía un comportamiento discrecional.

Hasta que llegó el momento en que  era necesario que Juan Luis asumiera  el liderazgo, para lo cual había que sacrificar a Maridalia, y se dio el proceso que ya hemos contado en otras ocasiones.

No era posible relegar a una cantantaza como Maridalia a un  plano secundario, como sucedió con la agrupación después de su salida, que los mandaron a todos a hacer coro, detrás de Juan Luis.

A Maridalia no podían hacerle eso estando en el grupo, por lo que su salida, arreglada o decidida, sirvió a la estrategia de posibilitar que emergiera Juan Luis como figura.

Ya no se habla de 4-40 sino de Juan Luis Guerra, quien hoy día es la identidad, la marca artística.

Y claro que le dio resultado, algo que nadie puede discutir, dada la dimensión internacional que ha logrado el artista.

La que salió perdiendo, después de todo, fue Maridalia, por razones obvias.

Le hicieron, para "endulzarla", la producción de Amorosa, donde participó el mismo Juan Luis Guerra, con Chicho Molina y Manuel Tejada, pero como dice el adagio, "el amor y el interés se fueron al campo un día, y más pudo el interés que el amor que le tenía." ¡Hasta ahí llegó el palé!

¿Donde está Maridalia, siendo una cantante extraordinaria, y donde está Juan Luis sin tener los atributos que como intérprete ella posee?.

Se dirá que lo de Juan Luis es un concepto, y estamos de acuerdo, pero no dedja de ser chocante la paradoja.

Aunque también hay que apuntalar el detalle de que Maridalia es más cantante que artista, verificable en muchos detalles que no vienen a cuento.

Recordamos su desidia, en los momentos en que se procuraba hacer la labor  de promoción de su música. Cuando se requería su presencia para visitar una emisora, nunca estaba disponible. "Vayan ustedes" , le decía a los  promotores.

¿Qué decir de Romeo?. Su salida de Aventura, en el mejor momento del grupo, fue algo que se produjo "por obra y gracia del Espíritu Santo", sin que el "diablillo" de los "egos" entre sus integrantes  no se pusiera de manifiesto?.
Si así lo consideran, hay que "beatificar" a Romeo y  "canonizar" a Henry, aunque los dos lleven el apellido Santos.

Pudiéramos seguir citando ejemplo de protagonismos, y egos individualistas de los artistas, pero hágamos un aparte para destacar la excepción que confirma la regla.

El artista más desprendido de todos los que están al frente de una orquesta o un grupo, es sin duda alguna Johnny Ventura.
Históricamente  tiene el crédito de sin mostrar su gran ego, haber promovido a todas las figuras del Combo Show, desde Pablito Barriga, Ramoncito el de la Pipa, Lemuacito, Chaguito y Pruddy, Luisito Martí, Isidro La Rana, Andrecito Mejía, y los cantantes Anthony Rios, Fausto Rey, Roberto del Castillo, entre muchos otros.

Ventura compartía su protagonismo con todos los demás, con lo que el concepto de Combo show no era solo de nombre.

Hasta al chofer y al cargador de instrumentos de la orquesta los hizo famosos, mencionándolos en sus merengues, sin dejar fuera al cabo "Manguera", el policía que tenía asignado  para su seguridad.

Es El Caballo quien mejor ha manejado el ego, actuando en tarima junto a Wilfrido, Cuco Valoy, El Mayimbre, y todos los demás con los que ha compartido. 

Su ser artístico-ciudadano, curiosamente, le genera una seguridad con una alta estima que le permitirían mantenerse por "los siglos de los siglos", amén.

Zorro