Mi columna de hoy

UNA PRACTICA CONDENABLE

En el negocio del espectáculo se ha hecho recurrente una práctica dañina y malsana.

Se trata de la venta de boletas de entradas a algunos shows, que la gente adquiere con antelación en tiendas especializadas en tickes para espectáculos.

Incurren en sobreventa, vendiendo más localidades de las que acoge el aforo, y el día de la función le devuelven el dinero de la taquilla a quienes se ven imposibilitados de entrar.

De antemano saben que han vendido mas taquillas de la cuenta, pero lo hacen con el fin de aprovechar la publicidad que siempre hacen de que "se quedó gente fuera".

Y es un abuso el que se comete y un daño que no se subsana porque devuelvan el dinero, por la molestia en que se ha incurrido, diligenciando la compra de las boletas, cambiándose de ropa, trasladándose hasta el night club, discoteca o teatro, dejando otras cosas qué hacer, para que entonces le paren en la puerta y le digan, con la cara muy fresca,  que el lugar está lleno, pero que le van a hacer la devolución.

Ya el daño está hecho. Porque además la gente queda con la frustración de que fue a ver un espectáculo, para el cual se dispuso haciendo todo lo necesario, no entrando de gratis, "de bola", sino pagando su dinero, y aún asi lo defraudan.

Pienso que nosotros los comunicadores de arte en vez de hacerle propaganda a los shows cuando se queda gente fuera, deberíamos ponernos al lado del público, de los frutrados, de los engañados, y no al lado de empresarios inescrupulosos a cambio de que nos inviten a sus shows.