No batean en el estadio del entretenimiento

Pelotero a la bola

Los peloteros han demostrado todos que son muy malos inversionistas en el entretenimiento y el espectáculo.
La mayoría ha fracasado en el intento...
Sammy Sosa, cuando invirtió en la orquesta de Nicolás Marlin, que lo anunció en una rueda de prensa en un restaurante de Gazcue.
Mario Melvin Soto,  en una discoteca que operaba donde ahora está el Doll House en el malecón
Raúl Mondesí con Mondi Disco de San Cristobal.
David Ortiz y la discoteca Forty Forty de la Isabel Aguiar en  Herrera.
Llama la atención que todos esos negocios de peloteros fracasaron en momentos en que todos estaban en vigencia, aún jugando beisbol en las Grandes Ligas.
El único que ha podido mantener un establecimiento de entretenimiento exitoso ha sido José Rijo, con el Cigarro Café en el hotel Barceló, antiguo Lina.
Pero lo estableció cuando abandonó el terreno de juego como jugador, y se dedicó a realizar actividades  empresariales en el país, aunque en ocasiones ha ido a trabajar como "coach" de algunos equipos. Pero no ha dejado abandonado su bar café, aparte de que cuenta con un buen equipo de asistentes , gerentes, admistradores, que le han sumado al negocio.
De ahí que sea el establecimiento de su categoría más copiado, empezando por mismo hotel, que en el pasillo contiguo al casino tiene una tienda de cigarros donde también se puede fumar. 
El mismo no le ha hecho de ni "cosquilla" al Cigarro Café de Rijo
Evelio Herrera y asociados también montaron un bar de cigarros en Unicentro Plaza, que no pudo avanzar.
Hasta Billy's de Billy's Hairdresser Shop and Spa quiso inventar con uno en su patio, y "nananina".
Aparte del Sergio's Lounge en la discoteca Platinium, una sociedad entre el empresario italiano Livio Spatola, Tony Thomas y el merenguero Sergio Vargas, que pese  a ya contar con un bar de fumadores con su nombre, siguió asistiendo a Cigarro's Café y nunca le dio calor a su propio negocio. 
Son de los casos extraños que se dan en este medio, aunque Sergio ha comentado que solo permitió el uso de su nombre en ese establecimiento.
Lo curioso es que todos esos bares de cigarros que se crearon fueron montados por clientes de Cigarro Café.